Un Irán nuclear
Adolfo Rivero Caro
Estemos conscientes o no, vivimos momentos de grandes peligros. Hoy
mismo, Rusia va a empezar a cargar un reactor nuclear en la
instalación de Bushehr, en el sur de Irán, un paso decisivo para que
el país pueda fabricar armas atómicas. El encargado ruso de asuntos
nucleares, Seguei Kiriyenko, dijo el jueves durante una reunión con
el primer ministro Vladimir Putin que el combustible de uranio será
colocado el sábado en el reactor. “Eso marca el inicio del arranque
físico de la planta y pasar a convertir la zona de construcción en
instalaciones en funcionamiento'', dijo Kiriyenko en declaraciones
televisadas. En 1995, Rusia firmó un contrato de $1,000 millones
para construir la planta y ofreció combustible de uranio para la
misma.
El retraso del proyecto le ha dado a Rusia una influencia continua
con Irán, en medio de los esfuerzos internacionales para frenar su
enriquecimiento de uranio. Irán dice que el programa es necesario
para hacer combustible para una red de reactores, pero éste también
puede usarse para fabricar armas atómicas. Esto es crítico para
Israel. Desde los años 60, cuando desarrolló su propia capacidad
nuclear como respuesta al Holocausto, un punto clave de su doctrina
de seguridad nacional ha sido que no se debe permitir que ningún
adversario regional alcance igualdad nuclear con el estado judío.
Irán, por su parte, se ha convertido en el principal enemigo de
Israel y, en más de una ocasión, ha amenazado con su aniquilamiento.
Esto coloca al estado judío en una situación extremadamente difícil.
En dos ocasiones anteriores, Israel ha atacado y destruido programas
nucleares enemigos. En 1981, aviones israelíes bombardearon el
reactor nuclear iraquí de Osirak, terminando definitivamente, como
resultó ser, con las ambiciones nucleares de Saddam Hussein y, en el
2007, aviones israelíes destruyeron un reactor nuclear en Siria,
construido por Corea del Norte. Ahora bien, una vez cargado el
reactor de Bushehr, cualquier ataque contra el mismo pudiera
difundir desechos radioactivos por toda la región. Esto ha hecho que
John Bolton, que fuera embajador de EEUU en Naciones Unidas en el
gobierno de George W. Bush, sugiriera la inminencia de un ataque
israelí contra Irán. Esta, por cierto, fue una de las razones por
las que Fidel Castro advirtiera sobre la probabilidad de una guerra
nuclear en la región. No son los delirios de un anciano senil, sino
una posibilidad muy grave y muy concreta.
Un ataque israelí contra Irán tendría desastrosas consecuencias. Los
precios del petróleo se dispararían poniendo al mundo en un período
de grave turbulencia económica. Todas las comunidades judías del
mundo se verían amenazadas por ataques terroristas patrocinados por
Irán. Un incremento de los ataques terroristas a través de Hamas y
Hezbolá, sería casi seguro, con posibles ataques con misiles del
Líbano y la Franja de Gaza.
La amenaza de Irán, sin embargo, es cada vez mayor. Ha reabastecido
completamente a Hezbolá desde la guerra del 2006 y ahora sus cohetes
amenazan a toda la población civil de Israel. Israel dejaría de ser
considerado como “un refugio seguro natural'' para los
aproximadamente 7 millones de judíos que viven fueran de Israel.
Nadie huiría del país pero, de una manera lenta e insensible,
pudiera socavar su capacidad de retener a los más creadores y
productivos de sus ciudadanos.
Irán, por supuesto, no es sólo un problema de Israel, sino un
problema del mundo y el mundo, encabezado por Estados Unidos,
debería afrontarlo. Un Irán con armas atómicas presionaría a los
países árabes a no hacer la paz con Israel y estimularía a los
militantes islámicos de todo el planeta. El presidente Obama ha
dicho en numerosas ocasiones que un Irán nuclear es “inaceptable''.
“Un Irán nuclear crearía una situación radicalmente distinta, no
sólo en el Medio Oriente, sino en todo el mundo. Lo que queda de
nuestro trabajo de no proliferación nuclear empezaría a
desintegrarse. Tendríamos países del Medio Oriente que verían la
potencial necesidad de conseguir también armas atómicas''.
Sin embargo, los israelíes dudan mucho que Obama vaya a lanzar un
ataque contra Irán, una nación islámica, y piensan que lo más
probable es que se decida por contener a un Irán nuclear más bien
que atacarlo. El pasado septiembre, en el Consejo de Seguridad de la
ONU, Nicolás Sarkozy, el presidente de Francia, dijo: "Yo apoyo la
mano extendida de los americanos pero ¿qué han significado de bueno,
para la comunidad internacional las proposiciones de diálogo? Más
enriquecimiento de uranio y declaraciones de los líderes iraníes de
borrar del mapa a un miembro de Naciones Unidas'', refiriéndose
obviamente a Israel.
Hace pocas semanas, el embajador de los Emiratos Arabes Unidos en
EEUU, Yousef al-Otaiba, dijo públicamente que su país apoyaría un
ataque contra las instalaciones militares de Irán, pero también que
si Estados Unidos permitía un Irán con armas atómicas, los pequeños
países árabes del Golfo no tendrían otra opción que abandonar la
órbita americana y aliarse con Irán, por simple auto-preservación.
Todas las opciones son malas, pero ninguna peor que un Irán
nuclear.
En dos ocasiones anteriores, Israel ha atacado y destruido programas
nucleares enemigos. En 1981, aviones israelíes bombardearon el
reactor nuclear iraquí de Osirak, terminando definitivamente, como
resultó ser, con las ambiciones nucleares de Saddam Hussein y, en el
2007, aviones israelíes destruyeron un reactor nuclear en Siria,
construido por Corea del Norte. Ahora bien, una vez cargado el
reactor de Bushehr, cualquier ataque contra el mismo pudiera
difundir desechos radioactivos por toda la región. Esto ha hecho que
John Bolton, que fuera embajador de EEUU en Naciones Unidas en el
gobierno de George W. Bush, sugiriera la inminencia de un ataque
israelí contra Irán. Esta, por cierto, fue una de las razones por
las que Fidel Castro advirtiera sobre la probabilidad de una guerra
nuclear en la región. No son los delirios de un anciano senil sino
una posibilidad muy grave y muy concreta.
Un ataque israelí contra Irán tendría desastrosas consecuencias. Los
precios del petróleo se dispararían poniendo al mundo en un período
de grave turbulencia económica. Todas las comunidades judías del
mundo se verían amenazadas por ataques terroristas patrocinados por
Irán. Un incremento de los ataques terroristas a través de Hamas y
Hezbolá, sería casi seguro, con posibles ataques con misiles del
Líbano y la Franja de Gaza.
La amenaza de Irán, sin embargo, es cada vez mayor. Ha reabastecido
completamente a Hezbolá desde la guerra del 2006 y ahora sus cohetes
amenzan a toda la población civil de Israel. Israel dejaría de ser
considerado como ``un refugio seguro natural'' para los
aproximadamente 7 millones de judíos que viven fueran de Israel.
Nadie huiría del país pero, de una manera lenta e insensible,
pudiera socavar su capacidad de retener a los más creadores y
productivos de sus ciudadanos.
Irán, por supuesto, no es sólo un problema de Israel sino un
problema del mundo y el mundo, encabezado por Estados Unidos,
debería afrontarlo. Un Irán con armas atómicas presionaría a los
países árabes a no hacer la paz con Israel y estimularía a los
militantes islámicos de todo el planeta. El presidente Obama ha
dicho en numerosas ocasiones que un Irán nuclear es ``inaceptable''.
``Un Irán nuclear crearía una situación radicalmente distinta no
sólo en el Medio Oriente sino en todo el mundo. Lo que queda de
nuestro trabajo de no proliferación nuclear empezaría a
desintegrarse. Tendríamos países del Medio Oriente que verían la
potencial necesidad de conseguir también armas atómicas''.
Sin
embargo, los israelíes dudan mucho que Obama vaya a lanzar un ataque
contra Irán, una nación islámica, y piensan que lo más probable es
que se decida por contener a un Irán nuclear más bien que atacarlo.
El pasado septiembre, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Nicolás
Sarkozy, el presidente de Francia, dijo:
"Yo
apoyo la mano extendida de los americanos pero ¿qué han significado
de bueno para la comunidad internacional las proposiciones de
diálogo? Más enriquecimiento de uranio y declaraciones de los
líderes iraníes de borrar del mapa a un miembro de Naciones Unidas'',
refiriéndose obviamente a Israel.
Hace pocas semanas, el embajador de los Emiratos Arabes Unidos en
EEUU, Yousef al-Otaiba, dijo públicamente que su país apoyaría un
ataque contra las instalaciones militares de Irán pero también que
si Estados Unidos permitía un Irán con armas atómicas, los pequeños
países árabes del Golfo no tendrían otra opción que abandonar la
órbita americana y aliarse con Irán por simple auto-preservación.
Todas las opciones son malas pero ninguna peor que un Irán.
Irán busca el consentimiento de la Unión
Europea
Ciudadanos Robaron Uranio
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