Haití: la refundación, una
solución definitiva.
Por: Diosmel Rodríguez
rdiosmel@gmail.com
http://esmilibertad.blogspot.com/
Lo sucedido en Haití es el clímax de una gran tragedia. De
una tragedia acumulada por años, que no encontró solución
mediante las prácticas convencionales de ayuda; debido a la
propia infraestructura de la causa que la origina. A partir
de ahí, nace la posibilidad de una solución definitiva, la
refundación de Haití.
La reconstrucción de Puerto Príncipe y otras ciudades sería
sumamente costosa, por las condiciones en que se encuentran
antes y después del terremoto. Hay que demolerlo
prácticamente todo, incluso sacar del área, aquellas
personas que permanecen en sus respectivas viviendas.
La experiencia ha demostrado que los países que reciben
sistemáticamente ayuda humanitaria, desarrollan una cultura
asistencialista. La ayuda humanitaria no necesita demostrar
resultados tangibles, por lo que se presta para la
corrupción. Haití ha recibido multimillonarias
contribuciones y no logró indicadores aceptables, a pesar
del esfuerzo internacional por reducir su estado de pobreza
extrema.
La solución definitiva sería la relocalización de su
población en asentamientos de 40 a 50 mil habitantes. Los
lugares de asentamientos serían determinados por estudios
socioeconómicos de factibilidad.
Los países y comunidades encargados del desarrollo
internacional, bajo el auspicio de la Naciones Unidas,
podrían definir quienes serían los garantes de cada
asentamiento. Luego de la edificación, estos mismos países,
quedarían encargados de monitorear y potenciar su desarrollo,
tanto económico como social.
La edificación de nuevos pueblos, brinda la posibilidad de
construirse viviendas de bajo costo, pero con las
condiciones mínimas de habitabilidad, de acuerdo a los
estándares internacionales. Además, cada pueblo llevaría las
infraestructuras mínimas indispensables, en materia de salud,
educación y las instituciones públicas. Así como todas las
redes de acueducto, alcantarillado, electricidad y
comunicaciones.
Otro aspecto positivo de la reubicación habitacional en
Haití sería la desconcentración poblacional. Eso rompe el
esquema logístico de la delincuencia, facilita el desarme de
la población y del crimen organizado.
El esquema de desarrollo debe ser preconcebido y los
asentamientos deben surgir con estructuras económicas
definidas. No hay población alguna que no tenga capacidad
para emplear su fuerza de trabajo de forma racional y
productiva, si se evalúan y diseñan iniciativas y proyectos
de acuerdo a sus potencialidades.
Aunque se trata de relacionar la catástrofe ocurrida en
Haití, con la pobreza extrema que vive esa nación caribeña,
la realidad es otra. La clase media, por las características
constructivas de sus viviendas, fue la más afectada. El
desplome de las sedes de las principales instituciones del
país, así lo demuestran. Todavía no se ha hecho el recuento
de la naturaleza y la composición social de las víctimas,
cuando se haga, se comprobará el número de técnicos,
profesionales, funcionarios, deportistas, artistas y
miembros de la comunidad empresarial, que perecieron en el
terremoto.
Haití necesita más que una reconstrucción material, Haití
tiene que refundarse como nación, recuperar su identidad
nacional, sus valores morales y espirituales. En todo esto
debe enfocarse la comunidad internacional.
El presidente de Colombia Alvaro Uribe ha recomendado
implementar la misma estrategia que se llevó a cabo en la
ciudad de Armenia, para su reconstrucción después del
terremoto ocurrido allí, el 25 de enero de 1999.
El sistema tendría características similares al fondo Forec,
creado en 1999 para la reconstrucción de Armenia, tras el
terremoto que afectó al Eje Cafetero ese mismo año.
Según Uribe: "A cada país dispuesto a ayudar se le deben
asignar responsabilidades para tareas específicas y Colombia
tiene toda la disposición". Sin embargo, la distribución de
tareas pudiera llevarse a todos los niveles, incluso, a
nivel de ONG,s. En nuestro caso, The Civil Rural Development
Project, Inc. estaría en capacidad de implementar su
iniciativa del desarrollo rural integral, a partir de las
microempresas asociativas solidarias, cuando se entre en la
etapa de la recuperación económica.
Si en Haití, no se toman las medidas necesarias, y de forma
inteligente y responsable se asume esta situación, Haití
corre el riesgo de desaparecer como nación.
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