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México: ¿Los secuestrados se encuentran bajo un Código de vida o
muerte? En México las personas no que desaparecen, sino que se esfuman. Mientras los eruditos se ponen de acuerdo sobre el tecnicismo que aplica: si secuestro, desaparición forzosa o privación ilegal de la liberta y otras garantías, lo cierto es que las personas se evaporan, sin dejar rastros.
El modus operandi de los criminales se mantiene en total hermetismo.
O no se rescatan, o no escapan personas. La realidad es, que si hay
tantas personas secuestradas, con qué capacidad cuentan las
organizaciones criminales para mantenerlas retenidas. Javier lleva casi tres años desaparecido o secuestrado, según la interpretación que se le quiera dar. Sin embargo, en tres ocasiones ha llegado al correo electrónico de su hijo, Messenger con contenidos imprecisos, generales, nada específicos y de una cuenta que solo Javier conocía. ¿Por qué razón Javier no aprovechó y dio detalles de su secuestro y ubicación? Las fuerzas operativas de la delincuencia organizada, para producir más de 70 mil muertes y secuestrar a más de 27 mil personas, ambas cifras como record público y sin contar la cantidad de casos sin denunciar, cómo han logrado sin provocar una conmoción nacional. La única explicación posible, y es la opinión de la mayoría de los familiares, que las autoridades se hacen de la vista gorda. Hay una percepción generalizada que las autoridades no andan buscando a nadie. Que los casos que se resuelven, surgen como carambola o parte de un hecho fortuito. Si a las autoridades no les ha llegado el momento y la presión social suficiente, para que adopten verdaderas políticas de Estado que enfrenten el flagelo del secuestro, muy poco pueden hacer las familias. Incluso, los familiares no cuentan con mecanismos de acción conjunta, ni forma de organizarse. El pasado 16 de agosto, familias de desaparecidos levantaron un plantón que sostenían frente a la Secretaria de Gobernación, luego de pactar con autoridades federales un esquema de "búsqueda verdadera", que podría ser el modelo a seguir en todos los casos de víctimas de desaparición forzada, señala una de las manifestantes.
Ahora, este pronunciamiento de las autoridades de realizar una
búsqueda efectiva. Si se refieren a todos los casos, entonces es
pura utopía. Y si a eso le sumamos lo poco que aportan las capturas
de los principales capos como el Z-40 y el X- 20, podemos decir, que
hasta ahora lo que se va imponiendo es la estrategia de los
criminales: El código de “vida o muerte”. Quien comete una
“indisciplina” se muere o cuando menos, se le ejecuta un familiar de
forma ejemplarizante.
Aun así, los familiares siguen aferrados a la idea de que están
vivos, y que por una razón muy poderosa no pueden revelar su
paradero. Todos quisiéramos que eso fuera verdad, aunque estuvieran
siendo esclavos de los tiempos modernos. Ahora, qué se espera. Qué
pueda ocurrir para que todo esto salga a luz. Porque no estamos
esperando un armisticio, aunque si muchos se hicieron la idea de que
el Gobierno de Peña Nieto negociaría con los líderes de los Carteles,
y con ello la posible liberación de cientos de secuestrados.
Y de los
desaparecidos ¿quién se ocupa?
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