Uruguayos de izquierda rechazan estalinismo cubano
Un grupo de intelectuales de izquierda que reclaman derechos fundamentales y respeto a la disidencia política en la isla, han planteado que el régimen comunista de Cuba ‘ha perseverado sus hábitos marcadamente estalinistas’.
Alma Espino, Álvaro Díaz Maynard, Carlos González, Gerardo Caetano, Jack Couriel, José Manuel Quijano, Judith Sutz y Mario Wschebor, a través de una carta publicada ayer en el diario La Diaria, criticaron al régimen castrista de Cuba por la muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo, el 23 de febrero en una prisión cubana tras una huelga de hambre.
Caetano dijo ayer en radio El Espectador que la carta surgió "por una indignación compartida" y por la necesidad de "decir lo que uno piensa cuando aquellos que deberían decirlo no lo dicen o, peor aún, dicen cosas que no podemos suscribir en modo alguno”.
La carta comienza recordando que "varias generaciones estuvieron bajo la influencia de la revolución cubana en lo bueno, y también en lo malo".
Entre lo malo, mencionan "la imposición del partido único" dogmático; el desprecio a la negociación multipartidaria; el "desconocimiento de derechos fundamentales"; y el "encarcelamiento de personas con coraje, que se han atrevido y se atreven a reclamar y se proponen ejercer sus derechos básicos de reunión, de asociación, de opinión y de desplazamiento".
Agregan que el gobierno cubano "ha perseverado en hábitos marcadamente estalinistas, que ni siquiera estaban en vigencia en las últimas décadas de la Unión Soviética". Y afirman que "las condenas a prisión son severísimas y las descalificaciones (`gusanos`, `traidores`, `aliados del imperialismo`) son humillantes".
Los firmantes de la carta aprovechan para recordar que "el contexto de los acontecimientos del presente se compone también por una larga historia de atropellos de Estados Unidos a la isla del Caribe (y a la región)".
"Pero el contexto actual también se integra por la construcción sistemática de dictadura pregonada como una forma más perfecta de `democracia`, por la alta concentración de poder simuladamente compartido con algunos correligionarios y verdaderamente absoluto para el `jefe máximo`, y por las penas draconianas a los ciudadanos llamados `conflictivos`, que se atreven a disentir. Y resulta demasiado simple, y hasta de mala fe, justificar el atropello cotidiano de los legítimos derechos del `conflictivo` con la mención del bloqueo del imperialismo", sostienen los firmantes de la carta.
Con respecto a Zapata, la carta señala que "se ha convertido en el más eficaz cuestionador del poder establecido" en Cuba, "un simple ciudadano con ideas propias, preso de conciencia según Amnistía Internacional (¿cuántas veces recurrimos a ella los uruguayos en los años de la dictadura?), estuvo tan dispuesto a no doblegarse que se dejó morir de hambre".
Refiriéndose a las huelgas de hambre hasta la muerta de presos irlandeses en las cárceles británicas, exclamó en la Unión Interparlamentaria Mundial: "¡Tiemblen los tiranos ante hombres que son capaces de morir por sus ideas tras 60 días de huelga de hambre! Al lado de este ejemplo, ¿qué fueron los tres días de Cristo en el calvario, símbolo durante siglos del sacrificio humano? ¡Es hora de poner fin, mediante la denuncia y la presión de la comunidad mundial, a esa repugnante atrocidad!". Esta frase de Castro está en bronce en la plaza Víctor Hugo de La Habana.
La carta termina con un llamamiento a los países de América Latina para buscar una "solución pacífica, democrática y respetuosa de los derechos humanos" a esta situación en Cuba. Y expresa al final: "no callar ante las repugnantes atrocidades y ponerse del lado de quienes, sin más armas que su cuerpo, reclaman legítimamente sus derechos".