Querido Pepe Rodríguez. Esta es la primera vez que en 52 años me
he podido topar en un medio cubano con un artículo tan claro,
honesto, de sinceridad total para valorar el derecho a la
información y su defecto “el
secuestro”
como le has denominado en Juventud
Rebelde.
Creo conveniente explicar las razones de esta respuesta
empezando por presentarme. Mi nombre es Carlos Medina de
Rebolledo, periodista y economista profesional sefardita-chileno
de tan larga trayectoria periodística como la misma Rebelión
cubana, que no Revolución. Realicé estudios en la Universidad de
Chile y
prácticas de periodismo en los talleres de escritores de la
empresa Horizonte de Santiago y que era una holding del Partido
Comunista. Después de trabajar unos tres años en los medios
comunistas El Siglo, revistas Vistazo, Gente Joven (de las JJCC)
y Mirada, pasé a trabajar para Prensa
Latina y
de allí en Radio Balmaceda cuando el
jefe de prensa era
el revolucionario Elmo Catalán, asesinado por la CIA en Bolivia
cuando la aventura
del Che y sus románticos.
Como del Derecho a la Información trata el tema, tengo que sacar
a colación que durante la invasión anticastrista de Bahía de
Cochinos o Playa Girón y el bloqueo naval a Cuba para
impedir el inicio de la III Guerra mundial, tuve destacada
participación trabajando 22 horas al día para informar a
Sudamérica (la radio se oía en todo el cono sur) en defensa de
lo que creíamos era una Revolución socialista. En
otras palabras, llevado al plano mundial donde miles de otros
periodistas y escritores levantaron sus voces en favor de Cuba,
fue gracias a la intensa campaña mediática mundial
que la administración Kennedy no
apoyó con fuerzas propias a los anticastristas, y que la URSS aceptó
negociar el
retiro de
los mísiles de Cuba. En otras palabras, ¡la Libertad de
información benefició a quienes se han mantenido por 52 años en
el poder político de Cuba!
Y esa información emitida en países tan fascistas y capitalistas
(sustentados por el IMPERIALISMO americano)
como los sudamericanos. Quiero decir, yo era uno de esos tontos
que se tragó el cuento que en el Socialismo marxista (no olvides
que hubo y hay socialismo fascista, socialismo nacionalista,
además de socialismo reformista) significaba la entrega del
poder decisorio a las bases obreras, campesinas, de pescadores,
mineros, artesanos, de soldados y marinos, y de pequeños
comerciantes, en donde los industriales que entendieran el curso
inevitable de la Historia, también se plegarían participando en
la construcción de una sociedad más igualitaria, más libre, más
soberana y más
Humanista.
“La abundancia hará la Paz” cantábamos enloquecidos de ilusión,
henchidos nuestros corazones porque nos creíamos Los Buenos. Los
malos eran por supuesto los burgueses, los capitalistas, los
fascistas y EL IMPERIALISMO. Los primeros porque en defensa de
sus intereses habían creado leyes para eternizarse en el poder.
Los segundos porque gracias a esquilmar a los trabajadores
habían conseguido la acumulación capitalista. Los fascistas eran
todos aquellos que repudiaban la sabiduría de nuestro socialismo
marxista. Ellos estaban aliados con el capital y los generales
militares gorilas, y mantenían a las masas en la pobreza, el
hambre, la carencia de educación y servicios de salud y
viviendas adecuadas. Para
nosotros, los trabajadores eran ESCLAVOS del poder militar
capitalista, sustentado por el IMPERIALISMO.
¿Te suena familiar todo eso? PERO, cuál era la realidad. No
existía un solo imperialismo (que en realidad es sólo
globalización), sino que varios. El primero y mayor en número de
países y pueblos sojuzgados por las armas era el Imperialismo
ruso. Luego tenemos el imperialismo chino, en donde los turcos,
mongoles y tibetanos son clases
inferiores de ciudadanos. El
Hindú también podría definirse como imperio, aunque es
democrático en un 100%.
El imperialismo ruso desde el II Congreso del KOMINTERN
mangoneado por los leninistas definió que la meta era la Guerra
mundial por el socialismo. Inventaron los Frentes populares y
ordenados a los partidos comunistas de todo el mundo que
cambiaran su nombre por partidos socialistas. Cuando el Frente
popular español ganó las elecciones a principio de los 30,
enviaron a agentes alemanes de la Checa a España con la misión
de organizar a un ejército comunista con el nombre de
Republicano. Provocaron la Guerra civil española azuzando,
entrenando y sustentando a los mineros asturianos y a los
catalanes nacionalistas desde 1934.
Cuando triunfó la Rebelión cubana en 1959, en menos de un año
estaban en Cuba los militares españoles de la Guerra civil al
servicio de Rusia para crear el sistema de espionaje político. La
STASI de la RDA estableció en Cuba su mayor estación de
intervencionismo político para América Latina. Cuba se
transformó en subimperialista invadiendo otros países de América
Latina y África.
¿Qué te dice todo esto? ¿Era nuestra lucha por el socialismo
efecto de nuestra convicción y el clamor popular, o era efecto
de la manipulación de nuestras conciencias por parte del
imperialismo ruso y sus vasallos alemanes?
Quiero decir, la culpa no la tiene la teoría socialista marxista
que suponía la existencia de socialistas y comunistas
democráticos y otras fuerzas, además de la
libertad de
expresión, de comunicación, de reunión, de prensa, de educación
libre, religión y de diálogo democrático entre TODAS las partes
que conforman una sociedad evolucionada.
La culpa la tienen quienes ha conculcado esos derechos y en
lugar de acallar la información veraz, ellos han creado a sus
espaldas un mundo de rumores, noticias falsas, medias verdades y
verdades-mentiras. En otras palabras, ellos se han puesto a sí
mismos la soga al cuello del cadalso mediático. Llevas razón
cuando clamas por la recuperación del Derecho a la información,
porque si “La verdad nos harán libres”, la Razón y la Lógica con
la nueva realidad de las comunicaciones, será, como vaticiné en
1966 sobre la dictadura de Somoza (Diario La
Prensa)
“la dictadura no sobrevivirá a la Revolución de las
comunicaciones”.
Un abrazo fraternal y
latinoamericanista
Carlos Medina de Rebolledo
cmedinarebolledo@yahoo.se
www.ipaebooks.org
Catedrático de Ciencias de la Comunicación UNAN y Lund, Suecia
(retirado)
Londres, agosto 2010