En defensa del neoliberalismo

Hay que prepararse

Adolfo Rivero

Esta semana ha estado dominada por las imágenes de los manifestantes anarquistas de Londres. En pocas ocasiones uno ha podido ver tantos imbéciles juntos. Agresivos, por cierto, blandiendo sus pancartas que exigían la abolición del dinero mientras escupían y lanzaban objetos, entre ellos cocteles Molotov, contra los ultrapacientes policías británicos. Recuerdo, con profunda satisfacción, que aquí en Miami esos tipejos no pudieron divertirse mucho. Se marcharon amargados porque no habían podido quemar automóviles ni romper vidrieras. Nunca comprendieron que, en realidad, la policía los había estado protegiendo de nuestro pueblo.

No debe sorprender a nadie que la reunión del G20 resulte esencialmente estéril. Los gobiernos de EEUU y Europa tienen puntos de vista radicalmente diferentes sobre la forma de enfrentar la recesión. Obama piensa que la mejor forma de hacerlo es gastando a manos llenas, sin preocuparse de las consecuencias. A los europeos esa perspectiva les parece irresponsable. No quieren echar sobre sus pueblos el peso de una deuda enorme.

El gobierno de Obama y la Reserva Federal han gastado, pedido prestado o comprometido $12.8 billones para tratar de salir de la recesión. Esto es casi equivalente a todo lo producido en el país el año pasado. Viene a representar $42,105 por cada hombre, mujer o niño en EEUU y 14 veces la cantidad de moneda en circulación, $899,800 millones. Es natural que prácticamente garantice una devastadora inflación en los próximos años. Lo único que pudiera contenerla, aunque sólo fuera mínimamente, sería un espectacular crecimiento económico. Obama da por descontado que esto va a suceder. Prevé un crecimiento de más de 4% anual del 2011 al 2013. Ha dicho, lleno de optimismo, que eso sería suficiente para rebajar a la mitad el déficit de $1.75 billones que proyecta para el 2009. Espléndido. Sólo hay un pequeño problema. ¿Qué garantiza ese crecimiento económico? ¿Podemos decir, al menos, que el gobierno de Obama está decidido a promoverlo? Nada de eso. Estimular el crecimiento no está entre sus prioridades.

Lo que Obama quiere es hacer realidad el sueño de los ecologistas radicales: disminuir revolucionariamente las emisiones de dióxido de carbono, supuesto responsable del supuesto calentamiento global. Su plan es obligar a todas las compañías a comprar el derecho a emitir el gas que producen el petróleo, la gasolina, el carbón, el gas natural y todos los combustibles fósiles. La cantidad total de emisiones permitidas sería estrictamente limitada. Ahora bien, esto es un impuesto sobre prácticamente toda la actividad económica. Hasta un abogado necesita electricidad para las luces de su oficina y su computadora. Y la electricidad es fundamentalmente generada por los combustibles fósiles, especialmente por el carbón, el mayor emisor de dióxido de carbono.

Y no va a ser un impuesto pequeño. El presupuesto de Obama estima que el impuesto al carbono estaría produciendo ingresos de $78,700 millones de aquí a tres años. Y piensan que dentro de diez años sería la sexta mayor fuente de ingresos federales. Invito a mis lectores a reflexionar sobre esto. Una reanimación de la actividad económica va a implicar una mayor demanda de energía. Pero, gracias al impuesto al carbono, esa mayor demanda de energía va a significar un aumento en su precio. Y ese aumento de precio va a frenar la demanda. Mientras más trate la economía de impulsarse, más lo va a impedir el impuesto al carbono. Y ésta es sólo una de las políticas en el presupuesto de Obama.

Obama ha prometido subir fuertemente los impuestos a los empleadores (los ``ricos''), quitándoles todo incentivo para invertir. Piensa aumentar el número de regulaciones en la industria y la empresa privada en vez de disminuirlas para eliminar las barreras al crecimiento. Todas estas son medidas que tienden a dificultar la creación de empleos en el sector privado porque va a hacer más costoso contratar. Obama quiere encarecer dramáticamente el costo de hacer negocios en un momento en que, muy por el contrario, lo que la nación necesita urgentemente es abaratarlo. ¿Les parezco pesimista? Todavía no han aprobado el presupuesto.

Pero, en fin, hablemos de lo realmente preocupante. La izquierda siempre ha considerado al gobierno de EEUU como el responsable, en última instancia, de todas las desgracias del mundo. Es lo que se desprende de la teoría del imperialismo de Lenin. Pues bien, por primera vez en la historia de este país, tenemos un gobierno que simpatiza con esas ideas. Muy peligroso porque esas ideas tienden a justificar cualquier ataque contra Estados Unidos.

Obama ha planteado que el gobierno de EEUU ha tratado mal a los musulmanes (algo totalmente falso y calumnioso). Ha sugerido que ha sido un error querer aislar a Irán sólo porque esté desarrollando programas de armas nucleares y de misiles intercontinentales, y porque haya insistido en la necesidad de aniquilar al estado de Israel. En estos mismos días, por cierto, Corea del Norte, que también tiene su programa de armas nucleares, va a ensayar otro cohete capaz de llegar a EEUU. ¿O no se atreverá a hacerlo porque Hillary Clinton los ha amenazado con... una declaración de Naciones Unidas? Por favor.

Obama inclusive desaprueba que su gobierno utilice la palabra ''terrorismo''(!). Un ataque terrorista debe ser calificado como ``un desastre provocado por el hombre''. Increíble pero cierto. Este gobierno está transmitiendo mensajes de debilidad que, en la práctica, alientan otro ataque contra nuestro país. Tenemos que prepararnos.

Abril, 2009

 

 

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