Córdoba en honor a los asesinos
JOSE BRECHNER
Es incorrecto decir que todos los musulmanes son terroristas,
pero sí es correcto decir que casi todos los terroristas son
musulmanes. Para no herir la delicada sensibilidad de los
políticamente correctos (PC) que abogan por “no hacer
generalizaciones”, como si existiese otra manera de hacer un
análisis, por si acaso dije: “casi” todos.
La imbecilidad de los PC sigue avasallando contra la cordura. El
nuevo aliado de los oscurantistas, es Michael Bloomberg, Alcalde
de New York, quien autorizó la construcción de la monumental
mezquita “Córdoba” de 15 pisos, al frente de lo que fue el World
Trade Center, destruido por los fanáticos religiosos de Al
Qaeda.
La denominación que eligieron los musulmanes, no es al azar,
como nada de lo que hacen. Córdoba o Qurtuba en árabe, fue la
Capital del Califato Musulmán en Andalucía, “Al-Andalus”, como
denominaron los moros a la península ibérica. Está a orillas del
Guadalquivir, nombre que también proviene del árabe “al-wadi al-kabir”
(el gran río).
La construcción de la mezquita en el lugar del atentado, es una
ofensa para cualquier ser humano ligeramente pensante. Es un
monumento para glorificar el más portentoso logro en su guerra
santa contra la civilización occidental. Pero Bloomberg salió
con un florido discurso a defender la tolerancia religiosa.
Seguramente equiparándola con la que tienen los musulmanes con
los demás bajo el lema de “vivir y dejar vivir”, como han
demostrado a través de miles de sus ataques terroristas.
El alcalde pidió de los neoyorquinos “que saquen lo mejor de sí
mismos”. Lo mejor sería sacar a los musulmanes de Occidente,
pero se me tildaría de intolerante, lo que hoy en día puede
llegar a ser un halago. Ser intolerante con aquellos que
disfrutan de matar por razones religiosas, es motivo de orgullo,
no de vergüenza.
La tolerancia de hoy significa, no criticar, no decir, no
preguntar nada, acerca de a quién o qué uno está tolerando. La
tolerancia es una forma elegante de hipocresía. No es “querer”,
“estimar” o siquiera respetar a tu prójimo, es “aguantarlo”,
“soportarlo”. Aunque en el fondo lo detestes.
Los árabes son más honestos en este sentido. Nos odian a muerte
y nos lo dicen de frente. Para ellos no existe la palabra
tolerancia ni nada que se le asemeje. Son o sus maneras o
ninguna.
Bajo la filosofía oscurantista de los PC, hay que ser tolerantes
con los nazis, los comunistas, y los extremistas en general.
Cualquiera que quiere imponerse y dominar por la fuerza, debe
ser tolerado. Ese es su concepto de ser civilizado y moderno.
Para los descerebrados progresistas todos tienen derecho a sus
ideas y acciones por más que éstas tengan como finalidad acabar
con los demás. Para Bloomberg, “sacar lo mejor de uno mismo” es,
cerrar los ojos.
Nihad Awad, el Director Ejecutivo de CAIR, el Consejo para las
Relaciones Islámico-Americanas, dijo, defendiendo la
construcción, que en las Torres Gemelas también había
musulmanes. Por supuesto. ¿Desde cuándo a los mahometanos les ha
preocupado matar a los suyos en nombre de Alá? Si no fuese así,
no les inculcarían el suicidio como la forma más gloriosa de ir
al paraíso. Los musulmanes muertos en las torres ascendieron al
status de mártires.
Bloomberg siempre fue un oportunista, lo que es una virtud en
los negocios, pero denota falta de principios en la política.
Por eso los empresarios no deberían dedicarse a asuntos de
estado. Toda su vida fue Demócrata hasta que decidió candidatear
por la alcaldía siguiendo la exitosa gestión de Rudy Giuliani.
Ahí se convirtió en Republicano porque era el ticket ganador.
Después se dijo “independiente” porque los republicanos
decayeron.
A dónde quiere llegar Bloomberg es difícil saber, pero si tiene
mayores ambiciones políticas, Córdoba está entre las peores
decisiones que pudo haber tomado. Si los árabes quieren una
mezquita nueva, podía darles autorización para construirla en
otra parte, no sobre el sitio que trae el recuerdo de miles de
asesinados por el fanatismo musulmán.
www.josebrechner.com