Charles Krauthammer
Si estuviéramos aliados con un gobierno iraquí que, por débil que fuera,
fuera verdaderamente nacional - multiconfesional y dedicado a combatir tanto la insurgencia sunita como las milicias chiitas - un aumento de las tropas americanas, junto con un cambio en la estrategia contrainsurgente, tendría buenas posibilidades de éxito. Infortunadamente, la democracia iraquí nos ha dado el gobierno de Nouri al-Maliki y su coalición chiita.
Ya está claro que el gobierno de Maliki en Irak es irremediablemente sectario. Vimos como protege a Moqtada al-Sadr, nos obligó a levantar las barricadas americanas alrededor de Sadr City en búsqueda de un notorio dirigente de escuadrones de la muerte. Y está vinculado como Irán, como vimos cuando nos obligó a poner en libertad a los agentes iraníes descubiertos en el complejo de unos de sus socios de la coalición.
El general David Petraeus, que va a dirigir nuestras fuerzas en Irak, quiere cambiar nuestra política contra-insurgente. En vez de simplemente cazar a los terroristas, quiere asegurar los vecindarios. Quiere las tropas adicionales para eso. Probablemente tenga razón pero el gobierno de Maliki va a sabotear sus esfuerzos.
Actualmente, hay tres políticas sobre la mesa (1) aumentar las tropas, a lo que se opone el Congreso (2) el status quo, a lo que se opone todo el mundo y (3) la retirada de Irak, la posición de los demócratas.
Lo que nos hace falta es una cuarta alternativa que sea una amenaza para Maliki y nos deje una salida en caso de que el aumento de las tropas no consiga éxitos rápidos. Lo que nos hace falta es un plan que deje en Irak tantas fuerzas como sea posible con un mínimo riesgo de bajas. Hay que decirle a Maliki que, si no nos ayuda, vamos a desmantelar la Zona Verde, nos vamos a ir de Bagdad y vamos a dejar que Maliki se defienda solo; nos quedamos con el aeropuerto y ciertas bases estratégicas en el área; re-desplegamos la mayoría de nuestras tropas en Kurdistán y mantenemos una presencia significativa en la provincia de Anbar, donde estamos teniendo éxito. Y vamos a ver. Que tengan su guerra civil en Bagdad si quieren, pero sin nosotros.
No es una gran alternativa, las segundas opciones casi nunca lo son, pero es mejor que las otras. Maliki le pudiera coger miedo y eso lo pudiera obligarlo a cooperar, aumentando la probabilidad de que el aumento de tropas consiga su objetivo.