El club de los luchadores contra la corrupción
Un grupo de investigadores y fiscales se reúne dos veces al año para
compartir y analizar estrategias; un trabajo peligroso
BERLÍN—La Corruption Hunter Network (algo así como la Red de
Cazadores de Corrupción) suena como algo sacado de un cómic de
superhéroes. Y no hay nada cómico en esta fraternidad de
investigadores y fiscales que han acudido a esta ciudad para una
reunión de dos días.
Uno de los miembros investiga al primer ministro italiano por
acusaciones de supuesto fraude tributario. Otro está cerca de
encarcelar a un ex presidente de Costa Rica por un caso de
malversación de fondos. Un tercero condenó a uno de los principales
asesores del actual presidente de Sudáfrica por corrupción.
Es una misión estresante y, a menudo, solitaria. El nuevo miembro
del grupo, Ghulam Rahman, un reservado bangladesí, dijo estar
asombrado cuando el presidente de su país decidió ascenderlo el año
pasado de regulador energético a director de la comisión
anticorrupción. "Cuando me retire de este trabajo, ya no me quedarán
amigos", dice. "No le puedes hacer un favor a nadie".
Manuel Garrido: Director de los Programas de Justicia y
Transparencia, Centro de Implementación de Políticas Públicas para
la Equidad y el Crecimiento, Argentina. Renunció como director de la
unidad anticorrupción de Argentina tras pro-blemas con funcionarios
económicos.
La Corruption Hunter Network fue fundada en 2005 cuando Eva Joly —una
ex magistrada francesa cuya investigación de los años 90 sobre los
sobornos dentro de la petrolera estatal Elf Aquitaine implicó a
políticos franceses y ejecutivos de la compañía— decidió que
investigadores y fiscales necesitaban un grupo para levantar la
moral. Convenció a la Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo
(Norad) para que contribuyera US$300.000 al año para que los
luchadores anticorrupción pudieran reunirse dos veces al año en
hoteles cinco estrellas sin su habitual séquito de guardaespaldas.
Pese a que otras organizaciones internacionales también combaten la
corrupción, la discreta Corruption Hunter Network es especial por su
lealtad e informalidad, aseguran sus miembros y representantes del
Banco Mundial. Los nuevos reclutas —desde investigadores de alto
perfil a funcionarios más novatos en países emergentes que parecen
necesitar algo de ayuda— son seleccionados por Norad sin aprobación
de otros gobiernos. Un miembro despedido en su país de origen sigue
siendo parte del club, que incluso llega a trasladarlo e instalarlo
en otro país en caso necesario.
Las asambleas son una combinación de reunión, terapia de grupo y
sesiones de estrategia. Durante el primer día, los miembros informan
sobre sus batallas contra la corrupción; el segundo día incluye
presentaciones de asesores independientes. Pero el trabajo real de
la Red se desarrolla durante las conversaciones menos formales en
las cenas, los descansos y las juergas nocturnas, según miembros.
El fiscal costarricense Juan Carlos Cubillo dice que en los últimos
años ha recurrido al apoyo de sus colegas de la Corruption Hunter
Network cuando llevaba un caso de sobornos contra el ex presidente
de su país, Rafael Calderón. "Necesitaba fuerza y calma para lidiar
con este caso", dijo Cubillo durante una reunión del grupo en junio
en el Hotel Albion, en Berlín. (Calderón, que ha negado haber hecho
nada ilegal, fue encarcelado, puesto en libertad y ahora está
apelando su condena).
La red fue formada en un momento en que combatir la corrupción se
había convertido en una prioridad internacional. Envalentonados, los
miembros —de 15 países en aquel entonces, muchos de países en
desarrollo— traían casos difíciles. Pero cuanto más se centraban en
políticos destacados, mayores eran las turbulencias que enfrentaban.
Se supone que estas reuniones "dan fuerza a sus miembros", dice
Fridtjov Thorkildsen, el director de proyectos de Norad para la red.
"Si le pasa algo a uno de los miembros, saldría publicado en 15
países" donde los miembros tienen contactos en los medios de
comunicación. Pero eso no siempre ha dado resultado. Para abril de
2009, unos doce fiscales e investigadores de todo el mundo, no todos
miembros de la Red, habían sido despedidos, habían renunciado ante
la presión o habían sido obligados a salir del país.
Dos fueron asesinados, según la Corruption Hunter Network. |