En una visita reciente
a Irak, Víctor Davis Hanson realizó una entrevista al
coronel Gibbs, quien dirige la Brigada Dragón de la Primera
División de Infantería. Esta brigada es responsable de la
zona más inestable del país, el llamado Distrito de
Seguridad Rashid en el sur de Bagdad, al este del aeropuerto
internacional de la capital y al oeste del Tigris. La zona
de 58 millas cuadradas y una población de 1.2 millones de
habitantes puede compararse, por su tamaño, con la ciudad de
San Francisco en California. En el distrito predominan los
chiítas, aunque hay una parte considerable de sunitas en el
nordeste, así como una importante presencia de Al Qaida y de
otros grupos terroristas. A continuación, la entrevista.
VICTOR DAVIS HANSON:
Los norteamericanos parecen asombrarse de las buenas
noticias que llegan inesperadamente de Irak, sobre todo de
zonas como Rashid que estuvieron en el centro de la
violencia ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué explica este nuevo giro:
se cansaron los iraquíes de la actitud criminal de las
milicias, una mejor táctica y más tropas de Estados Unidos,
o una combinación de estos y otros factores?
CORONEL RICK GIBBS:
Ante todo deseo agradecer su interés por mostrar lo que la
Brigada Dragón está haciendo en el sur de Bagdad y por
ayudar a explicárselo al pueblo norteamericano.
Como respuesta a su pregunta puedo decirle que son varios
los factores que contribuyen al éxito y a los avances de los
cuales hemos sido testigos diariamente durante los casi
nueve meses transcurridos desde que comenzamos nuestras
operaciones. La mayor presencia de la coalición y de las
Fuerzas de Seguridad Iraquíes (FSI), que reviste la forma de
estaciones de seguridad conjuntas y de puestos de avanzada
de la coalición, nos ha permitido no solo coordinar mejor
nuestros esfuerzos con las fuerzas de seguridad iraquíes,
sino también ir ganando paulatinamente la confianza y el
respeto de los ciudadanos iraquíes del distrito Rashid.
Ello constituye un tributo a los soldados y a los
oficiales. Hoy se puede establecer una correlación nítida
entre la reducción de la violencia, que disminuyó
aproximadamente en un 60% desde que llegamos, y los
esfuerzos descomunales que realizan nuestras tropas cada día
durante los siete días de la semana.
HANSON:
¿Considera posible que el éxito táctico logrado por la
Brigada Dragón desde marzo se traduzca en estabilidad
estratégica prolongada? ¿Qué sería necesario para que la
calma creciente se mantenga permanentemente?
GIBBS: Lo primero que me viene a la mente cuando usted
menciona la estabilidad estratégica de larga duración son
los avances que las FSI están consiguiendo en esta lucha.
Trabajamos muy unidos al Ejército Iraquí, la Policía
Nacional y la Policía Iraquí, y hemos visto una mejoría en
todos ellos desde que comenzamos a entrenarlos y a operar
juntos. No obstante, es mucho lo que falta por hacer para
que cada rama de las Fuerzas de Seguridad Iraquíes alcance
el grado de competencia que le permita ganarse la confianza
del pueblo iraquí.
.Para alcanzar el éxito a largo plazo deben recibir equipos,
continuar su entrenamiento, seguir haciendo reclutamientos
que incrementen sus efectivos y, lo que es más importante,
seguir ganando una experiencia y una profesionalidad que les
gane el apoyo del pueblo iraquí al que han jurado proteger.
Si se toman en cuenta estos aspectos, no hay motivos para
pensar que no son capaces de manejar aquí las necesidades de
seguridad.
HANSON: En Estados Unidos se suele criticar a la policía y
al ejército iraquíes por su sectarismo incorregible y lo
poco fiables que son. ¿Cómo caracterizaría usted la
evolución de estas fuerzas con las que trabaja y a las
cuales entrena en Rashid?
GIBBS: Sin duda, algunas de las críticas son válidas, pero
hay que recordar que organizar y preparar las Fuerzas de
Seguridad Iraquíes es una tarea enorme y, como ocurre en
cualquier institución que agrupa a muchas personas, algunas
son buenas y otras no.
.De las tres formaciones de las Fuerzas de Seguridad
Iraquíes, el Ejército Iraquí, según mi experiencia aquí en
Bagdad, es la más competente y la que más ha avanzado.
Cuenta ya con gran experiencia y profesionalidad, y no hemos
tenido que lidiar con problemas sectarios en él. Después lo
sigue la Policía Nacional (PN), aunque en este caso hemos
tenido que hacer frente a algunos desafíos debido a su
composición fundamentalmente chiíta.
Por ultimo, la Policía Iraquí o PI, que tiene la misión de
hacer cumplir la ley que asociamos al objetivo de nuestra
policía en Estados Unidos, se encuentra por detrás del EI y
de la PN en nuestra zona de operaciones. Cuenta con poco
personal y equipos, pero estamos enfrentando estos problemas
con un reclutamiento en el distrito que duplicará los 2,500
policías iraquíes que tenemos en Rashid. Solicitaron su
ingreso unos 2,450 candidatos desde que comenzamos el
reclutamiento este mes, lo que constituye un
buen comienzo para incrementar la fuerza de personal
entrenado que opera en todo el distrito.
Contamos también con voluntarios de seguridad iraquíes en el
distrito Rashid. Son más de 2000 los que se encuentran
trabajando y hay muchos otros en camino. Al igual que la
Policía Iraquí, ayudan en las tareas de hacer cumplir la
ley, y percibimos que Al Qaida es más vulnerable como
resultado de sus esfuerzos. Al incorporar a filas a estos
voluntarios, la PI se diversifica y representa mejor a la
gente que ha jurado proteger. Nos hemos propuesto como meta
final que en algún momento los voluntarios ingresen
oficialmente en las filas de la PI como funcionarios pagados
que hacen cumplir la ley, o lo hagan en otra rama de las
Fuerzas de Seguridad Iraquíes.
HANSON: ¿Tiene algo que
decir sobre la presencia de combatientes extranjeros en
Rashid, bien de países sunitas como Siria o Arabia Saudita,
o de Irán? ¿Su presencia se exagera o en realidad organizan,
arman y financian a terroristas iraquíes locales?
GIBBS: Hemos recibido informes de que combatientes
extranjeros operan en nuestra zona, y existen indicios de
influencia externa procedente de países sunitas y chiítas.
En realidad, lo que más hemos visto de esta influencia
extranjera son las numerosas armas y cohetes de fabricación
iraní que pudimos capturar. También creemos que algunos de
los grupos extremistas reciben un financiamiento
considerable así como entrenamiento de fuentes extranjeras.
HANSON: Tratar de estabilizar un área semejante a la de San
Francisco es mucho más que una tarea puramente militar.
¿Con qué expertos, civiles o militares, trabajan ustedes
para restaurar el tejido social del distrito?
GIBBS: Se trata de una cuestión muy importante. Contamos
con una gran variedad de expertos militares, civiles e
incluso de especialistas norteamericanos en hacer cumplir la
ley que no solo nos ayudan a hacer de Rashid un lugar más
seguro, sino también a mejorar la calidad de vida de sus
ciudadanos.
El batallón de tropas especiales de nuestra brigada ha
realizado un gran trabajo dirigiendo y coordinando los
proyectos de servicios especiales que se implementan en
nuestra zona de operaciones. Estos proyectos abarcan no
solo el suministro de agua y electricidad, el
alcantarillado, la reconstrucción de escuelas y clínicas, la
salubridad y recogida de basura, sino también el
mejoramiento de la infraestructura, como es el caso de la
reconstrucción de carreteras, el reforzamiento y la
protección de los mercados y el mejoramiento de las
instalaciones cívicas y militares. Todo esto tiene como
objetivo mejorar la vida de los iraquíes que aquí viven.
También estamos ayudando a que los
gobiernos distritales y de barrios sean eficientes, para lo
que contamos con un equipo de reconstrucción provincial
compuesto por soldados y miembros del Departamento de Estado
norteamericano que nos han ayudado a enseñar estrategias
para realizar encuentros productivos, y nos ayudan a
estimular la economía mediante subvenciones pequeñas
cuidadosamente concedidas y un programa destinado a orientar
a los dirigentes y empresas comerciales de Rashid.
Tenemos
también asesores culturales iraquíes que trabajan con
nosotros para perfeccionar la comprensión de Irak y sus
habitantes. El antiguo proverbio de que el conocimiento es
poder resulta particularmente cierto en este medio en el que
cual una acción nuestra podría ofender la sensibilidad de la
nación. Para evitarlo, contamos con equipos de relaciones
humanas y de asesores iraquíes.
Me siento muy complacido por el curso de nuestros esfuerzos
en Rashid; nuestros soldados y dirigentes son magníficos.
Pero, sin dejar de sentirme orgulloso por el trabajo de la
brigada, reconozco que falta mucho por hacer.
HANSON: ¿Podría darnos
una idea de lo que enfrentan las fuerzas bajo su mando?
¿Cómo es el día típico de un soldado norteamericano de
veinte y pico de años?
GIBBS: Cada día nos
trae retos nuevos. Realizamos operaciones y patrullajes
constantes que recuerdan a los ciudadanos que estamos
comprometidos con su seguridad y bienestar. No fijamos
patrones ni hacemos cosas predecibles, pero buena parte de
lo que los soldados realizan es similar durante las 24 horas
del día.
Para nuestros soldados de infantería que se encuentran en
las zonas más complicadas lo importante es interactuar con
la población y realizar patrullajes y operaciones conjuntas
con sus homólogos de las Fuerzas de Seguridad Iraquíes con
el fin de mantener la confianza y las buenas relaciones que
establecimos con ellos desde el primer día.
Nuestro personal médico, de apoyo y dirección, así como
nuestros mecánicos, realizan también un gran trabajo para
hacer que los que se encuentran “en la punta de la lanza”
estén bien abastecidos, informados y cuidados. Lo más
importante es que la Brigada Dragón constituye un equipo
fantástico, por lo que me siento muy honrado al comandar tan
buenos soldados.
HANSON: Dada la población mixta del distrito Rashid, ¿de
dónde proviene el desafío principal a la coalición, de las
milicias chiítas o de las fuerzas de Al Qaida?
GIBBS: Aunque los retos son diferentes en
dependencia del lugar del distrito en que uno se encuentre,
tomamos muy en serio las amenazas de cualquier grupo o
facción que funciona al margen de la ley. Es obvio que Al
Qaida se encuentre más enraizado en las zonas sunitas,
mientras que en las chiítas observamos una variedad de
milicias y grupos especiales con diferente poder y capacidad
de influir. Independientemente de quienes son y lo que
representan, nuestro enfoque es el mismo: si no están
trabajando a favor de los mejores intereses del gobierno
elegido y los ciudadanos respetuosos de la ley, nos
enfrentamos a ellos.
HANSON: Después de cuatro años de duros
combates y de grandes costos materiales y humanos, ¿podría
transmitirle algo al pueblo norteamericano sobre su
experiencia en Rashid que le sirva de aliento en cuanto a la
validez de sus sacrificios?
GIBBS: Le diría que lo que hombres y mujeres de la Brigada
Dragón realizan en el sur de Bagdad es extraordinario;
también es absolutamente cierto que “nuestros soldados son
nuestros mejores embajadores”. Observo cómo jóvenes
capitanes, tenientes y sargentos que llevan poco tiempo en
el ejército establecen relaciones sanas y beneficiosas con
funcionarios militares, gubernamentales, religiosos y
tribales de la zona que uno esperaría de personas con muchos
años de servicio.
Deseo que el pueblo norteamericano sepa
que su recurso más valioso —sus hijas e hijos— realizan
cosas asombrosas y que somos testigos del tipo de progreso
que espero haya podido ilustrar al contestar las preguntas
anteriores.
Por ultimo, quisiera agradecerle la oportunidad que me ha
brindado de responder a sus preguntas. Los norteamericanos
merecen conocer lo que ocurre aquí en Irak y en cualquier
otro lugar donde nuestros soldados se encuentran para apoyar
la guerra global contra el terrorismo. Aprecio su interés y
la posibilidad de compartir algo de lo que la Brigada Dragón
ha hecho y está haciendo como contribución a esa lucha.