En defensa del neoliberalismo |
Políticamente, esto hará probable que todo un grupo de países
petroleros con instituciones débiles o gobiernos abiertamente
autoritarios experimenten una erosión de las libertades y un aumento
de los comportamientos corruptos, autocráticos y antidemocráticos.
Los dirigentes de estos Estados pueden esperar un incremento
significativo de sus ingresos disponibles para crear cuerpos de
seguridad, sobornar adversarios, comprar votos o apoyo público, y
resistirse a acatar las normas y convenciones internacionales. No
hay más que coger el periódico cualquier día de la semana para
constatar esta tendencia. Por ejemplo, un artículo de febrero de
2005 en The Wall Street Journal sobre cómo los ayatolas de Teherán -
embriagados por el dinero gracias a los altos precios del petróleo -
están volviéndole la espalda a algunos inversores extranjeros en
lugar de darles la más calurosa de las bienvenidas. Turkcell, un
operador turco de telefonía móvil, había firmado un acuerdo con Irán
para
La operadora acordó pagar 300 millones de dólares (unos 230 millones
de euros) por la licencia e invertir 2,250 millones, lo que habría
creado 20,000 puestos de trabajo. Pero los mulás del Parlamento
congelaron el contrato, alegando que podría ayudar a los extranjeros
a espiar a
Otro caso O considérese el drama que se desarrolla en la actualidad en Nigeria. Sus presidentes tienen un límite de mandatos: dos de cuatro años. El presidente Olesegun Obasanjo llegó al poder en 1999, después de un período de gobierno militar, y fue reelegido por votación popular en 2003. Cuando asumió el poder saltó a los titulares de prensa por investigar violaciones de los derechos humanos por parte de los militares, liberar a prisioneros políticos e incluso por hacer un intento seria por erradicar la corrupción. Esto era cuando el precio del crudo estaba en torno a 25 dólares el barril. Hoy día, con el crudo a 70 dólares, Obasanjo está intentando persuadir a los legisladores para que modifiquen la Constitución de modo que le permita obtener un tercer mandato.
Un líder de la oposición en la Cámara de Representantes, Wunmi Bewaji, ha dicho que "se estaban ofreciendo a los parlamen tarios sobornos de un millón de dólares por voto", según se citaba en un artículo de Voice of America News del 11 de marzo. "Y esto lo ha coordinado un alto representante del Senado y un alto representante de la Cámara". Clement Nwankwo, uno de los principales activistas de los derechos humanos de Nigeria, me dijo en marzo que desde que el precio del petróleo ha empezado a subir, "las libertades públicas [han estado] en fuerte declive: se han producido arrestos arbitrarios, se ha asesinado a adversarios políticos y las instituciones democráticas han sufrido".
El petróleo representa el 90% de las exportaciones del país
africano, añade Nwankwo, y eso explica, en parte, por qué, de
repente, se ha producido un aumento de los secuestros de empleados
extranjeros de petroleras en el delta del Níger, muy rico en crudo.
Muchos nigerianos creen que estos trabajadores deben estar robando
crudo porque lo que está llegando a la población es un a parte muy
pequeña de los ingresos del oro negro.
Con mucha frecuencia, en los países petroleros no sólo ocurre que
toda la política gira en torno a quién controla la producción del
crudo, sino que el público adquiere una noción distorsionada de en
qué consiste el desarrollo. Si son pobres y sus dirigentes son
ricos, no es porque su país no haya promovido la educación, la
innovación, el Estado de Derecho y la creación de empresas. Es
porque alguien se está llevando el dinero del petróleo. La gente
empieza a pensar que, para hacerse ricos, no tienen más que pararles
los pies a quienes se lo llevan, y no construir una sociedad que
promueva la educación, la innovación y la creación de empresas.
Los nexos El vínculo entre los precios del oro negro y el ritmo de
la libertad es tan estrecho en algunos países que un aumento
repentino del primero puede desviar del sendero de las reformas
económicas y políticas hasta a los dirigentes más lúcidos.
Considérese Bahréin, que sabe que su crudo se está agotando, y ha
sido un modelo sobre cómo la caída de su precio puede impulsar las
reformas. "Ahora
Geología ideológica Con el debido respeto por Ronald Reagan, no creo
que él hiciera caer a la Unión Soviética. Obviamente hubo muchos
factores, pero el colapso de los precios mundiales del petróleo
hacia finales de los ochenta y comienzos de los noventa desempeñó,
sin duda, un papel clave (cuando la Unión Sov iética se disolvió
oficialmente el día de Navidad de 1991, el precio del barril rondaba
los 17
Cuando, a comienzos de los noventa, los precios estaban en el nadir,
incluso países petroleros árabes como Kuwait, Arabia Saudita y
Egipto - este último, poseedor de unos sustanciales depósitos de gas
- por lo menos hablaban de reformas económicas, cuando no de tímidos
cambios políticos. Pero desde que comenzaron a subir, todo el
proceso se frenó, sobre todo en el campo político. A medida que se
acumule más y más riqueza de crudo en los países petroleros, esto
podría empezar a distorsionar mucho todo el sistema internacional y
la naturaleza misma del mundo posterior a la Guerra Fría. Cuando
cayó el muro de Berlín, se extendió la creencia de que también se
había desatado una marea
Impacto. Aunque el petroautoritarismo no representa la amenaza
estratégica e ideológica que el comunismo supuso para Occidente, su
impacto a largo plazo podría corroer la estabilidad mundial. No es
sólo que algunos de los peores regímenes tendrán dinero extra dura
nte más tiempo que nunca para hacer las cosas más horribles, sino
que países democráticos - la India y Japón, por ejemplo - se verán
Quisiera destacar de nuevo que me consta que las correlaciones que
estos gráficos sugieren no son perfectas y, sin duda, hay
excepciones. Pero creo que ilustran una tendencia general que uno
puede ver reflejada en las noticias todos los días: el creciente
precio del petróleo tiene un impacto negativo sobre el ritmo de la
libertad en muchos países, y cuando se suman suficientes Estados con
suficientes impactos negativos, la política global empieza a
envenenarse.
Aunque no podemos influir sobre el precio del crudo en ningún país
concreto, sí podemos hacerlo en su valor global, alterando la
cantidad y el tipo de energía que consumimos. Cuando digo "podemos",
me refiero en particu lar a EEUU - que absorbe en torno al 25% de la
energía mundial-y a los países importadores de petróleo en general.
Pensar en cómo alterar nuestros patrones de consumo
Por lo tanto, cualquier plan de Estados Unidos que promueva la
democracia y no ====================================================================
Tomado de Foreign Policy
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