Ann Coulter
Yo estaría más interesada en la opinión de los demócratas sobre el
precio de la gasolina si no fueran los mismos que nos han impedido
extraer petróleo en Alaska, impuesto masivas restricciones a la
construcción de nuevas refinerías y hubieran clausurado el desarrollo de
la energía nuclear en este país desde hace décadas.
Pero es lo último tener que ver a los demócratas quejarse de la terrible
calamidad que significan los altos precios de la gasolina para las
familias pobres.
Por favor, uno de los principales objetivos de la izquierda desde hace
años ha sido poner un impuesto punitivo a la gasolina para obligar a la
gente a trasladarse en bicicleta.
Durante décadas, los demócratas han estado tratando de hacer subir el
precio de la gasolina para que los trabajadores tengan que dejar de
moverse en automóviles y empiecen a hacerlo en los autobuses, que es su
lugar. Los liberales se trasladan en jets Gulfstream.
La última vez que los demócratas controlaron la Cámara, el Senado y la
presidencia fue en 1993. Inmediatamente después de tratar de poner
homosexuales en las fuerzas armadas y de socializar toda la atención
médica, lo que Clinton tenía en la orden del día era proponer un
impuesto a todos los combustibles, incluyendo uno de 26 centavos a la
gasolina. Creo que el proyecto de ley se llamaba "poner a la gente en la
estación de autobuses." Ese es el Partido Demócrata. Ese es su programa.
Al Gore defendió el impuesto a la gasolina afirmando que "nunca lo iban
a sacar del proyecto de ley de energía'' independientemente " de
"cuantos problemas fuera a causarle a todo el paquete.''
Y recuerden que esto fue antes de que supiéramos que Gore está
clínicamente demente. Por aquel entonces sólo pensábamos que era un
hipócrita engreído que parecía vagamente homosexual. Lo importante, para
Gore, era obligar a los americanos a renunciar a su manía de manejar,
sin importar lo que costara.
Los demócratas en el Congreso rápidamente introdujeron un "proyecto de
ley de energía" que le hubiera puesto un impuesto adicional de 25
centavos por galón a la gasolina para "detener el calentamiento global,"
un fenómeno atmosférico supuestamente agravado por frívolas actividades
humanas como el comercio, los viajes y la producción de alimentos.
El presidente demócrata de la Cámara Tom Foley, apoyó la proposición en
el programa de TV "Charlie Rose" diciendo "Me gustaría tener un
aumento de cinco centavos por año durante cinco años... Pero eso no va a
pasar... porque tenemos gente que cree que la décima o dos décimas de
centavo de un impuesto a la gasolina van a causar una revolución en este
país." Así que, en el universo de Tom Foley, dos décimas de centavo es
lo mismo que 25 centavos: una demostración más del estado de la
educación pública en Estados Unidos.
El impuesto a la gasolina propuesto por los demócratas no produjo
ninguna revolución y, por consiguiente, los demócratas sólo consiguieron
un impuesto federal adicional de 4.3 centavos en la gasolina. Tras
burlarse de la idea de que los electores fueran a objetar un enorme
impuesto a la gasolina, el presidente de la Cámara Tom Foley pasó a ser
el expresidente de la Cámara e, inclusive, el excongresista.
Gary Hart, otra demostración de los demócratas creen debe pensar un
presidente, dijo en cierta ocasión, "Ciertamente que estoy a favor de
los impuestos al consumo, particularmente a la energía." Y ahí está John
Kerry, que apoyaba un aumento de 50 centavos al impuesto a la gasolina
en 1994.
El año pasado, una pareja de verdes "climatólogos" en la Universidad de
Illinois estaban de vuelta en la revista Science insistiendo en su
proposición de un impuesto a la gasolina de 25 centavos por galón como
una "póliza de seguro" contra el calentamiento global.
Hace sólo dos mese, nos estaban diciendo - sobre la base de una encuesta
New York Times-CBS News, así que debía ser verdad - que "los americanos
estarían de acuerdo con un aumento del impuesto a la gasolina si
redujera el calentamiento global y disminuyera la dependencia en el
petróleo extranjero." (Esta encuesta estaba infiltrada entre otras 29
alegando que los americanos piensan que estamos perdiendo la guerra en
Irak.)
¿Cuántas veces nos tienen que decir los demócratas que quieren subir el
precio de la gasolina antes de que los creamos? Creo que es más o menos
el número de veces que nos han dicho que quieren rendirse en la guerra
contra el terrorismo.
La única objeción de los demócratas a los actuales precios de la
gasolina es que el gobierno federal sólo gana 18.4 centavos por galón
con ellos. Estados como Nueva York consiguen otros 44 centavos por galón
en impuestos. El cerebro demócrata procesa que "las grandes empresas
petroleras" ganan casi 9 centavos por galón y piensa:¡ese dinero debía
ser nuestro!
Cuando el mercado hace lo mismo que los demócratas han querido hacer con
los impuestos, pretenden sentirse horrorizados por los altos precios de
la gasolina en la esperanza de que el público olvide que los altos
precios de la gasolina siempre han sido parte de su agenda.
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Tomado de Front Page Magazine
Traducido por AR
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