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Histórica foto del cadáver del Ché.
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8 de octubre es el 42 aniversario del día que "el héroe
de la guerrilla" dijo: "¡Por favor no disparen, no me
maten! Soy el Che y valgo más vivo que muerto!"
Según
muchos testigos, las víctimas del Che se comportaron de
manera muy diferente en su último día de vida cuando
gritaban: "Viva Cuba Libre o Viva Cristo Rey!"
Carlos Machado tenía 15 años en 1963 cuando las balas
destrozaron su cuerpo. Su hermano gemelo y su padre se
derrumbaron junto a Carlos en la misma descarga. Sus
sentencias de muertes fueron firmadas por el Che.
En la Nochebuena de 1961 Juana Díaz había sido
encontrada culpable de alimentar clandestinamente a los
"bandidos" del Escambray y fue fusilada.
Estaba embarazada de seis meses. Su sentencia de muerte
fue firmada por el Che.
Tradicionalmente, de los miembros del pelotón de
fusilamiento, hay uno o dos con balas de salva. Menos en
Cuba donde todos llevan munición de verdad. Y ha habido
casos en que las víctimas han sido ultimadas por un
pelotón de fusilamiento que portaban ametralladoras,
como cuando ametrallaron en la Finca La Campana a mi
primo el Comandante Porfirio Ramírez, a Plinio Prieto,
Sinesio Walsh y otros.
Según el grupo de derechos humanos “Freedom House” un
total de 500.000 personas ha pasado por los campos de
prisioneros de Castro. Coincidiendo con la invasión de
Bahía de Cochinos, encarcelaron a más de 150,000
personas.
"Loco de ira se mancha de rojo mi rifle, mientras que
asesina a todo enemigo que cae en mis manos! Mi nariz se
dilata saboreando el olor acre de la pólvora y la
sangre. Con la muerte de mis enemigos me preparo para la
lucha sagrada y unirme el proletariado triunfante con un
aullido bestial!". Esto es de la famosa obra sobre el
Che "Diarios de Motocicleta", realizado en una película
por Robert Redford. Parece que el Sr. Redford omite este
pasaje de su película.
En el combate real sus imbecilidades desafían creencias.
El guerrillero más famoso del siglo, de hecho, nunca
había peleado en nada que se puede describir
adecuadamente como una guerra de guerrillas. Cuando
finalmente comenzó a dar una muestra pequeña en Bolivia,
fue rápidamente derrotado. Y del tren blindado en la
batalla de Santa Clara hay pruebas y testigos
presenciales que indican que dicho tren fue comprado a
su jefe, el Coronel Florentino Rosell, por el Che, con
dinero proveniente de tributos aplicados de manera
forzosa en zonas ya “liberadas.”
"Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la
prueba judicial es innecesaria", declaró el principal
verdugo de la Revolución Cubana, el Che Guevara. "Estos
procedimientos son un arcaico detalle burgués. Esta es
una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en
una fría máquina de matar motivado por odio puro".
Dicho Che firmó más de 400 sentencias de muerte durante
el primer mes de la Revolución Cubana. El periodista
cubano Luis Ortega, que conocío al Che en 1954, en su
libro "Yo Soy El Che Guevara”, documenta que El Che
envió 1.897 hombres al pelotón de fusilamiento en las
mazmorras de la fortaleza habanera de La Cabaña. En su
libro "Che Guevara: Una Biografía" Daniel James escribe
que el Che mismo admitió haber ordenado "varios miles"
de ejecuciones durante los primeros años del régimen de
Castro.
Su patético lloriqueo en su último día de vida: "Por
favor, no disparen!" Soy el Che! "Yo valgo más vivo que
muerto!" demuestra que este desgraciado asesino no
estaba en condiciones de enfrentar su muerte tan
gallardamente como sus víctimas. Testigos presenciales,
evocan el episodio de su muerte como algo repugnante,
pues su olor era extremadamente fétido y sin estar
muerto, apestaba a eses fecales, a cadáver,
lloraba arrodillado, pidiendo clemencia y llorando, cosa
que él nunca tuvo con sus prisioneros en la Fortaleza de
la Cabaña.
El nueve de octubre de 1967 el periodista británico
Richard Gott, del diario The Guardian, reconoció el
cadáver del Che Guevara, asesinado unas horas antes por
el sargento Mario Terán en la escuela de La Higuera, en
Bolivia. Gary Prado, el militar que capturó al Che en la
Quebrada del Yuro, declaró al Journal do Brasil que éste
le había dicho antes de morir que había sido abandonado
por Castro.
Para las nuevas generaciones que poco se han ocupado de
estudiar la historia contemporánea —pero que lucen
orgullosas la estampa del Che en sus camisetas— quizá
sea inconcebible el hecho de que la campaña del Che
fracasó por la falta de apoyo del Partido Comunista de
Bolivia y por el desinterés de Castro, quien obedeció
las consignas de la Unión Soviética y cortó el apoyo a
su antiguo camarada.
En los primeros días de la revolución, las ejecuciones
sumarias establecieron una “cultura del miedo” que
rápidamente elimino la mayoría de la resistencia. En las
décadas que siguieron, las condiciones carcelarias
inhumanas que a menudo conduce a la muerte, torturas y
privaciones indecibles han sido suficientes para
mantener a los cubanos intimidados.
Archivo Cuba estima que más de 6,000 cubanos han muerto
en frente de los pelotones de fusilamiento y otros 1.200
en "asesinatos extrajudiciales". Che Guevara fue un
verdugo alegre en la infame Fortaleza de la Cabaña en
1959 cuando, bajo sus órdenes, casi 2,000 cubanos fueron
fusilados. Los menores no se salvaron. Ni las mujeres
tampoco. De los 94 menores de edad y mujeres, cuyas
muertes han sido documentadas por Cuba Archive, 42
murieron por un pelotón de fusilamiento y 38 en
asesinatos extrajudiciales.
Es verdad. La fotografía casual del Che, obra del
fotógrafo de modas Alberto Díaz Korda, se ha convertido
en la imagen más reproducida de la historia. Qué
paradoja más irónica: la imagen misma de la libertad, el
orgullo, la templanza revolucionaria, es la de un cruel
idealista, un fanático estalinista, un macho homofóbico,
racista y vanidoso enamorado de sí mismo y asesino hasta
más no poder. Mo
En
La Cabaña el Che solía mandar a los reos al paredón de
fusilamiento escribiendo esta nota: "Dale aspirina". En
Bolivia le dieron una dosis de su propia “aspirina.”
http://cubaarchive..org/home/index.php?option=com_content&task=view&id=38&Itemid=95
Este site documenta muchos de los muertos víctimas de
este “héroe” de la revolución.
EL AUTOR es historiador, investigador social y profesor
universitario.
Reside en Miami. |