¿Una
prensa sectaria?
Adolfo Rivero Caro
La
izquierda americana está perdiendo terreno. De sus recientes
derrotas, creo que la más importante ha sido la cultural. Me
refiero a la toma de conciencia nacional de que hay una gran
prensa izquierdista, mucho más interesada en influir en los
lectores que en informarlos. Esto es importante porque
durante décadas el dominio de la prensa izquierdista ha sido
tan abrumador que tal parecía como si sus opiniones no
fueran partidistas, sino simplemente las opiniones de todo
el mundo. La influencia del New York Times, sobre
todo, pero también de The Washington Post, The San
Francisco Chronicle y The Boston Globe ha sido
abrumadora. En realidad, todavía lo sigue siendo. Por
supuesto, no es casualidad. Las opiniones del New York
Times sobre cualquier tema se convierten en opiniones
nacionales porque los periódicos locales sólo hacen
difundirlas. Lo que se lee en el New York Times ! es
lo m ismo que se lee en los demás periódicos. Y los grandes
canales de TV: CNN, ABC, CBS y NBC hacen lo mismo. Siempre
están hablando de ''diversidad'', pero no hay nada más
políticamente sectario.
Sabemos,
por ejemplo, que Yasser Arafat era un asesino, un
terrorista, un vulgar antisemita, un hombre profundamente
corrompido cuyo único objetivo era la destrucción del estado
de Israel. Cualquier que haga un estudio serio y
desapasionado de su biografía tiene que llegar a esta
conclusión. Ahora bien, cuando Arafat muere y nosotros
leemos historias sobre ''el gran patriota'' y el heroico
''combatiente por la libertad'', automáticamente sabemos que
estas evaluaciones vienen del New York Times y del
resto de la prensa izquierdista. La gente empieza a
preguntarse porqué ese interés en destacar historias sobre
desertores o supuestas ''torturas'' mientras se ignoran los
cientos de héroes que combaten diariamente en Afganistán o
en Irak. Antes, todo esto pasaba inadvertido. Ahora hay un
creciente número de personas alertas que se divierte
detectando la obvia parcialidad de esta prensa. Es, sin
duda, un gran progreso.
Estados
Unidos está fundado sobre una serie de valores que están
reflejados en su Declaración de Independencia y su
Constitución. Probablemente el más importante de ellos sea
la creencia en el valor decisivo de la libertad individual
y, por consiguiente, en el de la responsabilidad personal
que esa libertad supone. Esta concepción del mundo le ha
dado a esta nación un grado de libertad y prosperidad sin
precedentes en la historia de la humanidad. Nada lo
demuestra mejor que la casi incontenible corriente de
inmigrantes. Mientras más defectos e injusticias le
encuentran sus críticos a la sociedad americana, más
inmigrantes de todo el mundo se juegan la vida para
encontrar un lugar en la misma. Esta sociedad, sin embargo,
está bajo ataque. Los socialistas la detestan. Para ellos,
lo fundamental no es el individuo, sino el colectivo. Todos
los problemas del individuo se originan en la sociedad y,
por consiguiente, no son su responsabilidad personal. De
aquí su constante énfa! sis en la importancia del gobierno y
en la necesidad de todo tipo de regulaciones para controlar
la conducta.
A los
socialistas les repugnan profundamente los valores
esenciales de Estados Unidos.
Hipnóticamente
aferrados a sus clichés marxistas, detestan al buque
insignia del capitalismo mundial. Detestan su defensa de la
libertad individual y de los valores morales que la
sustentan. Aspiran a desarraigar esos valores y sustituirlos
por otros. Lo estamos viendo constantemente alrededor
nuestro. ¿Quiénes quieren preservar nuestra sociedad y
quiénes quieren cambiarla radicalmente? Por favor. Ya nos
quieren prohibir hasta decir ¡Felices Pascuas! (Merry
Christmas!). Es hora de defender los valores de la
sociedad americana rechazando tajantemente los intentos de
subvertirla. La gran prensa liberal no puede comportarse de
una manera sectaria y partidista y aspirar a ser considerada
objetiva e imparcial. Una meretriz puede pasar por dama,
hasta un día. Para la prensa liberal americana, ese día
llegó ya.