En defensa del neoliberalismo
 

EU en peligro

 

Adolfo Rivero Caro


En septiembre de 1999, el Departamento de Defensa designó una comisión de alto nivel para estudiar los problemas de la seguridad nacional de Estados Unidos en la primera parte del siglo XXI y hacer las recomendaciones pertinentes. Entre sus 14 integrantes se encuentran asesores presidenciales, generales, comandantes de la OTAN, ex secretarios de Defensa, senadores, dirigentes de la Comisión de Energía Atómica y decanos de universidades.

A la Comisión sobre la Seguridad Nacional en el Siglo XXI se le encargó realizar el más amplio examen de las estructuras y funcionamiento del aparato nacional de seguridad que se haya hecho desde que éste fuera reorganizado en 1947. La carta de la comisión le pedía a los comisionados ``proponer medidas para adaptar las estructuras de seguridad nacional existentes'' a las nuevas circunstancias y, de ser necesario, ``crear nuevas estructuras donde ninguna exista''.

Esas reformas, esa ``guía institucional'' para el primer cuarto del siglo XIX están explicadas en la parte III del trabajo, recién publicada. Esta, sin embargo, se apoya sobre las dos primeras secciones. Cada sección tiene más de 100 páginas.

En la fase I, la comisión estudia cómo debe de cambiar el mundo en los próximos 25 años. Entre las 14 conclusiones de la comisión:

·   Estados Unidos se volverá cada vez más vulnerable a ataques hostiles en su territorio, y el poderío militar norteamericano no podrá proteger la nación.

·   Rápidos avances en información y biotecnología crearán nuevas vulnerabilidades para la seguridad de Estados Unidos.

·   Todas las fronteras se harán más porosas; algunas se van a plegar y otras se van a quebrar.

·   Se producirá la fragmentación y bancarrota de algunos estados, con efectos desestabilizadores para regiones completas.

·   El espacio se convertirá en un medio ambiente militar crítico y competitivo.

·   El trabajo de inteligencia de Estados Unidos enfrentará adversarios más peligrosos e inclusive una excelente inteligencia no podrá evitar todas las sorpresas.

·   En el próximo cuarto de siglo, el ambiente de seguridad va a requerir capacidades nacionales diferentes --militares y de otro tipo.

En la fase II, la comisión pasa a prescribir una estrategia para afrontar las condiciones enumeradas anteriormente. Entre los seis objetivos claves que se apuntan están:

``Defender Estados Unidos de los peligros de una nueva era''. La combinación de la proliferación de armas no convencionales y la persistencia del terrorismo internacional va a terminar con la relativa invulnerabilidad del territorio de Estados Unidos a un ataque catastrófico. Para evitar un ataque contra el territorio nacional en el siglo XXI, Estados Unidos necesita una nueva combinación de prevención, protección y respuesta. Fracasar en prevenir ataques que produzcan bajas masivas contra el territorio de Estados Unidos pondrá en peligro no sólo vidas americanas sino la misma política exterior del país. Socavaría el apoyo al liderazgo internacional de la nación y a muchas de nuestras libertades personales. En realidad, el abrupto debilitamiento del poderío y prestigio de Estados Unidos es lo peor que le podría pasar a la estructura de la paz mundial en el próximo cuarto de siglo.

Los grandes centros urbanos de la nación pueden ser víctimas, en cualquier momento, de un ataque químico, bacteriológico o mininuclear y la defensa nacional no está ni siquiera mínimamente preparada para enfrentarlos. Esto es de particular importancia para nosotros en el sur de la Florida y especialmente para Miami, sin duda, el centro urbano más odiado por Fidel Castro, uno de los gobernantes terroristas más peligrosos del mundo. Es un tema desagradable pero ignorar los problemas no los hace desaparecer.

El Servicio de Aduanas, por ejemplo, está encargado de prevenir la entrada de contrabando en Estados Unidos. Todavía más importante: es responsable de prevenir que los terroristas utilicen los medios de transporte comerciales o privados para introducir en el país armas de destrucción masiva. Sin embargo, Aduanas sólo tiene una modesta fuerza de interdicción aérea, terrestre y marítima. El enorme volumen de carga y pasajeros que llega a Estados Unidos todos los años abruma sus capacidades. Más de $8,800 millones en mercancías, más de 1.300,000 personas, más de 340,000 vehículos y más de 58,000 embarques son procesados diariamente en los puntos de entrada. Aduanas sólo puede inspeccionar uno o dos por ciento de todos esos embarques que entran en el país.

Alcanzar este objetivo, y los objetivos de seguridad críticos de la nación, también requiere que el gobierno de Estados Unidos, como un segundo objetivo clave, ``mantenga la cohesión social, la competitividad económica, la inventiva tecnológica, y el poderío militar''. Esto significa una mayor inversión y una mejor administración de la ciencia y la tecnología en el gobierno y en la sociedad, y un sistema educacional sustancialmente mejor, particularmente para la enseñanza de la ciencia y las matemáticas.

El informe sugiere que el presidente debe desarrollar una amplia estrategia para proteger al país contra todo tipo de ataques en el territorio nacional. A esos efectos hace tres recomendaciones fundamentales: reforzar la seguridad del territorio, fortalecer el trabajo científico y educativo y reestructurar el gobierno de la nación. Los minuciosos informes de la Comisión son una lectura indispensable para los interesados en el futuro de esta nación. Al estado de la Florida, en particular, le toca un papel de excepcional importancia. Como bien señala el informe, no podemos limitarnos a reaccionar. Es demasiado lo que está en juego.