En defensa del neoliberalismo
 

Llanto por Naciones Unidas

 

Adofo Rivero Caro

Como es sabido, el Foro Social Mundial es una creación de la nueva internacional terrorista, el Foro de Sao Paulo. En la última reunión del FSM, celebrada recientemente en Porto Alegre, asistió esa conocida farsante que es Rigoberta Menchú. ''Los atentados terroristas del 11 de septiembre'', dijo, ''tuvieron como respuesta la inauguración del terror como forma de relación entre los países. [...] Hoy han triunfado las armas, han triunfado las bombas, ha triunfado la falta de razón, de diálogo...'' ¡Cómo han cambiado las cosas! No hay como una efectiva guerra contra el terrorismo para volver civilistas a los admiradores de Che Guevara y Tirofijo.

Según la Menchú, ''...se han debilitado los organismos que podrían garantizar una mediación''. El manifiesto-conclusión de la reunión de Porto Alegre, por otra parte, asegura que ''las Naciones Unidas perdieron su papel definitivamente''. ¿Qué sucede? ¿A qué se debe este llanto por Naciones Unidas?

El presidente Bush ha tratado de organizar la solidaridad internacional para la guerra contra el terrorismo, pero no puede confiar en Naciones Unidas para encabezarla. La ONU es una organización increíblemente burocratizada y corrompida. Un analista de computadoras gana $55,835 en cualquier empresa; en la ONU gana $111,500. Entre sus 189 miembros hay estados casi imaginarios como Palau, Tonga, Tuvalú, Naru y Kiribiti. Reales e influyentes, sin embargo, son las dictaduras brutales y multimillonarias.

Recientemente, la ONU le quitó a Estados Unidos su puesto en la Comisión de Derechos Humanos para dárselo a Sudán, donde todavía se practica el tráfico de esclavos. En esa misma Comisión participan estados de comportamiento tan ejemplar como China, Arabia saudita, Sierra Leona, Libia, Siria y Cuba. Siria, un estado terrorista, ahora también tiene un puesto en el Consejo de Seguridad. La UNESCO, por su parte, ha sido tan antiamericana que Estados Unidos tuvo que retirarse de la misma en 1984, y no ha regresado. Y el que dude de su antiamericanismo sólo tiene que consultar El Correo de la UNESCO en cualquier biblioteca.

El sistema de organizaciones no gubernamentales de Naciones Unidas discrima en forma escandalosa a las organizaciones anticomunistas de todo el mundo. Entre ellas, y muy particularmente, a las opositoras del castrismo, tanto dentro de Cuba como en el exilio. El Partido Comunista de Cuba, sin embargo, tiene inscritas a casi 20 organizaciones paraestatales del tipo de la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Es bueno recordar que el artículo 5 de la constitución socialista de Cuba establece que el Partido Comunista es la fuerza dirigente de la sociedad y el estado. Todas estas organizaciones, por consiguiente, están constitucionalmente obligadas a aceptar su dirección. ¿Cómo puede Naciones Unidas considerarlas entonces como independientes del gobierno cubano?

Y Cuba no es un caso único. Corea del Norte, Vietnam, Kampuchea, Sudán, Irán, Irak y Libia, por sólo citar unos cuantos países, acreditan numerosas entidades fantoches. Recientemente Estados Unidos tuvo que congelar los fondos de varias organizaciones que participan en la Comisión de Derechos Humanos porque... ¡estaban vinculadas con los terroristas de al Qaida! Sin embargo, el Frente Para los Derechos del Ciudadano de Vietnam, la Liga Cívica de la República de Kampuchea, la Fundación Andrei Sajárov y la Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, así como Los Municipios de Cuba en el Exilio, la Fundación Nacional Cubano Americana, la Fundación Elena Mederos y el Comité Cubano pro Derechos Humanos, entre muchas otras, han visto invariablemente rechazadas (¡algunas desde hace más de 15 años!) sus solicitudes de ingreso formal como organizaciones no gubernamentales ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC).

Recientemente, el parlamentario húngaro Janos Kis y Vitautas Lansbergin, ex presidente de Lituania, anunciaron que en la próxima reunión de Ginebra varias organizaciones afectadas querían discutir este problema con Mary Robinson, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. Infortunadamente, Mary Robinson está muy preocupada por lo que está sucediendo en Cuba. ¿Por los atropellos contra los periodistas independientes? ¿Por las palizas que las brigadas de acción rápida les dan a los opositores pacíficos? ¿Por la situación de Vladimiro Roca o de Oscar Elías Biscet? No. Lo que la tiene angustiada e insomne es el tratamiento que se les está dando en Guantánamo a los talibanes y los terroristas de al Qaida. Su preocupación es Bush, no Castro. Esa es la realidad de la ONU. Y así son muchos de sus funcionarios. Es por eso que el Foro de Sao Paulo y el Foro Social Mundial lamentan que Naciones Unidas no juegue un papel más importante en la arena internacional. De aquí lo certero de la política del presidente Bush. Quien tiene que cambiar es la ONU, y no el gobierno de Estados Unidos. Actuar de otra forma no sería unilateralismo, sino un suicidio.