La rutina del torturador malo-
torturador "bueno" y…
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Una sociedad que roba a un individuo el producto de su esfuerzo... no es estrictamente hablando una sociedad, sino una revuelta mantenida por violencia institucionalizada (…) Aquel que produce mientras otros disponen de su producción es un esclavo."
Ayn Rand
¿Los políticos ya se desistieron en su pretensión de subir impuestos? ¿Por qué el PRD y el PAN no apoyan el IVA en medicinas y alimentos? ¿Ya ganamos?
Para entender lo que está pasando es útil una analogía. Los torturadores y en general los interrogadores, han recurrido desde hace mucho tiempo a una treta astuta conocida como la rutina del policía malo y el policía bueno.
El policía malo impone al interrogado mal trato y torturas; el policía bueno aparenta ser compasivo ¿Para qué recurrir al torturador o al policía “bueno” si con el malo, podría suponerse, basta? Porque la combinación de ambos torturadores tiene resultados mejores y más rápidos.
Es parte de la condición humana, que ante el maltrato muchas personas saquen fortaleza de su debilidad y resistan a hacer una confesión o a cometer una traición, pese al castigo. Aunque parezca paradójico, esa resistencia suele ser vencida cuando con el maltrato se alterna lo contrario.
Se trata de una forma extrema de negociación, en la cual al interrogado se le hace creer que ceder ante lo que pide el torturador “bueno”, es menos malo de lo que se suponía o incluso, que es algo bueno. Por supuesto, no hay tal cosa y los dos torturadores no están en desacuerdo, sino que realizan una escenificación. Al final, lo obtenido está siempre por encima del “piso” que los torturadores establecieron antes de iniciar su rutina.
En el tema fiscal en México está ocurriendo algo parecido. El papel del torturador malo es el que está jugando el gobierno de Enrique Peña, con la ayuda de diversos aliados, desde Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (OCDE, BM, BID, CEPAL) [véase Resistencia Fiscal No. 20], hasta los kapos fiscales locales (Resistencia Fiscal No. 18). El papel del torturador “bueno” es el que está desempeñando los políticos del PRD y del PAN, con su oposición al IVA a alimentos y medicinas.
Es irrelevante que priistas, por un lado, y perredistas y panistas, por otro, se hayan o no puesto de acuerdo (después de todo no creemos en teorías de conspiración). Pero sin necesidad de concertación, los políticos actúan en una operación de pinza contra los contribuyentes, porque nos consideran sus presas, como los parásitos a sus huéspedes.
La acción de los políticos perredistas y panistas podría al final obtener lo que todos los políticos buscan: aumentar el expolio fiscal, aunque no haya IVA en alimentos y medicinas.
Al final, si los políticos con la ayuda de sus aliados internacionales y sus kapos vernáculos prevalecen sobre los contribuyentes, habrá mayor carga fiscal, más gasto público, más dinero en manos del Estado y menos en nuestras manos. La operación de pinza habrá sido un éxito, pues los políticos esperan que además, la gente les aplauda por haberlos atracado al no haber tocado la exención del IVA en alimentos y medicinas.
Claro, que siempre pueden ocurrir cosas en el camino y que no serán una sorpresa: que el torturador “bueno” haga a un lado su papel y asuma el rol del torturador malo. Mucho de la reserva al IVA generalizado no es más que el viejo truco de unos políticos que se muerden el rebozo, para vender caras sus caricias a los políticos de la acera de enfrente…
El ataque del kapito Bimbo
Pero en tanto el juego se decide, los jugadores juegan sus cartas. Y otra faceta del juego es que el gobierno de Enrique Peña tira la piedra y esconde la mano. Al final, el nuevo atraco fiscal se querrá presentar no como una iniciativa de los políticos profesionales, sino como una respuesta de estos al clamor de la sociedad mexicana y el mundo por mayor gasto público y mayor carga fiscal.
En este juego los kapos fiscales están a la ofensiva. Daniel Servitje, director general del Grupo Bimbo salió a pedir una tasa del IVA de entre el 2 y el 4% a alimentos y medicinas, como parte de un proceso de alza gradual hasta llegar a tasas varias veces superiores a las iniciales. Es decir, Bimbo se inclina por el método de hervir a la rana viva, subiendo lentamente el fuego.
Y Servitje justificó así su infame propuesta: "El IVA a alimentos y medicinas permitiría que gran parte de la población que hoy no paga impuestos lo hiciera en la medida de su consumo. Quien consume más, pagará más".
Primera falsedad: todos pagamos impuestos. Nadie vive de sólo de consumir alimentos y medicinas. Segunda patraña: no quien consume más, sino quien gasta más, ya paga más. Además, el IVA en alimentos y medicinas no está destinado sólo contra las personas de mayores ingresos, sino contra todos. Pero ciertamente perjudicará principalmente a los más pobres, que dedican la mayor parte de sus ingress a alimentarse y a los enfermos.
¿Qué es lo que mueve a los directivos y socios del Grupo Bimbo y todos aquellos influidos por los Servitje, sobre todo a través de la Unión Socialista de Empresarios Mexicanos (USEM)? Su credo socialista vergonzante, disfrazado de “amor cristiano”.
Ellos quieren imponernos un modelo de sociedad donde todos hemos de ser inmolados en aras del que es su verdadero Dios: el Estado. Los ricos deben volverse máquinas para producir ingresos al Estado, ¡pero los pobres también! Nadie debe ser dueño de sus propios ingresos: todo debe entregarse al Dios-Estado, porque él, sabe mejor que nosotros cómo debe distribuirse y usarse la riqueza, nuestra riqueza.
A estos grandísimos gazmoños no les interesa erradicar la pobreza ¡Eso es impensable! Sería contradecir la “palabra de Dios” que sentencia que “siempre habrá pobres”. Y nada mejor que los altos impuestos para mantener pobres a los pobres.
Pero, ¿cuál es el negocio de mantener pobres a los pobres? En la mente torcida de estos santísimos señores, el negocio es la salvación del alma, de su alma. Sin pobres ¿a quién habría que dar limosnas para ganarse el Cielo? ¡Que se jodan todos, que sean tan pobres como sea posible para que esos gazmoños simoníacos compren su lote en el Paraíso Eterno!
De ese tamaño es la formidable amenaza que los contribuyentes enfrentamos. Los partidarios del aumento del expolio fiscal tienen a su favor el poder, mucho dinero, años de venir preparando el terreno y justificaciones ideológicas para el gran atraco que promueven.
Pero nosotros somos más, muchos más. Sólo debemos ser capaces de organizarnos y de movilizarnos para hacer valer la fuerza de nuestra razón y poner a los políticos y a sus kapos contra la pared ¡Hagámoslo!