En defensa del neoliberalismo

Editorial: De Santos, católicos y otros no tan católicos.

La crítica situación de salud del presidente Hugo Chávez está obligando a mover fichas en toda América Latina. La principal estrategia parece ser el acercamiento a los Estados Unidos ante una eventual desaparición de la principal fuente financiera de muchos de sus países proveniente de Venezuela. Las relaciones con Estados Unidos son la mejor manera de demostrar que alguien se está portando políticamente correcto. Y no es menos cierto que son las más estables y no están en dependencia del presidente de turno en esta gran nación. Las relaciones con los Estados Unidos constituyen política de Estado, no de gobierno, como frecuentemente ocurre en Latinoamérica.

Las declaraciones del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos de ofrecer sus buenas intenciones para mediar en un acercamiento de las relaciones del Gobierno cubano con la Administración estadounidense, encabezada por Barack Obama es parte de un plan trazado por algunos intereses ocultos, donde participa la Iglesia católica, otros no tan católicos como Obama, empresarios norteamericanos y funcionarios del Gobierno cubano, entre otros.

Todos los actores políticos de la región están moviendo sus fichas, ante la inminente salida del poder de Chávez. No es casualidad que las FARC en Colombia, luego que Juan Manuel Santos viajase a la Habana, hayan decidido liberar los rehenes que mantenía como pieza de cambio hace más de una década. Todo indica que Santos, a pedido de las FRAC está negociando con el régimen cubano, históricamente mentor de las FRAC, un arreglo político al asunto de las guerrillas colombianas.

Ahora Luis Felipe Calderón, el presidente de México va por el mismo camino, buscando que el Gobierno cubano, también uno de los mentores del narcotráfico en la región, le ayude a lidiar con los carteles de las drogas en México. Muchos coinciden en que la violencia y el narcotráfico en México son parte de un plan para hacer ingobernable el país y presentar a la izquierda como única solución, para llevarla al poder y acercar el eje del mal a los Estados Unidos.

En esta análisis hay que tener en cuenta, que tanto la guerrillas como los narcotraficantes son entes ideológicos para para desestabilizar la región, con vista a penetrar y destruir finalmente la sociedad norteamericana. Y el Gobierno cubano es el santuario, por su impunidad en la región, de todos estos grupos subversivos, incluyendo el narcotráfico.  Como es natural para esta estrategia política de reacomodo regional se hace necesaria la reelección de Obama, razón por la que Santos avizora que todas las movidas se harán después de noviembre de este año.

Por todo lo antes expuesto es fácil comprender por qué, Santos y Calderón,  como recompensa están tan interesados en servir de intermediarios para conseguir un acercamiento de las relaciones de Cuba con los Estados Unidos.

Hay que reconocer que los intereses son muchos, y cada facción tiene los suyos propios. Además buscan como el otro les puede ayudar. Durante la visita del presidente Santos a la Habana muchos dijeron que durante años los cubanos mediaron en el proceso de paz de Colombia. No hay nada más descabellado que esos planteamientos. Cuando un gobierno colombiano ha buscado la participación del Gobierno cubano en algún proceso de negociación es porque sabe que el régimen cubano tiene autoridad sobre los mandos guerrilleros que operan en Colombia. Esa es la razón por la que Juan Manuel Santos se pliega al Gobierno cubano y le ofrece sus modestos esfuerzos como mediador.

La jerarquía de la Iglesia Católica sabe del vacío religioso que se produjo en Cuba con la instauración de un régimen ateo. Por tanto, el resurgimiento de la fe cristiana quiere ser capitalizado y monopolizado por la Iglesia Católica. Hay que tener presente que la Iglesia Católica se plegó a la Corona Española, en contra la los mambises y de la independencia de Cuba, factura que el pueblo cubano le pasó después. Tal vez por esta razón ahora se quiere adelantar a otras denominaciones y convertirse en protagonista de los cambios, sirviendo a la vez como muro de contención a la retaliación social contra los Castro y sus acólitos, abogando por el perdón y la reconciliación nacional.

Aunque tal vez no puedan pasar por el ojo de la aguja, muchos millonarios norteamericanos, incluso algunos de origen cubano están interactuando con los demás actores de este conflicto para llegar temprano a Cuba y servirse parte de la tajada económica.  Se conocen de algunas inyecciones de capital y la participación en programas de micro créditos, donde utilizando figuras prominentes como el padre José Conrado, se implementan algunos proyectos de labor social como carnada político-religiosa.

Y por último, uno que no es tan católico, pero sí muy necesario para todos estos propósitos es el presidente Barack Obama. Obama es la coronación ideológica de la izquierda internacional para desmontar las bases de la sociedad norteamericana, incluido su sistema económico, para en un futuro tal vez no muy lejano ir por su sistema político, que ha basado su solidez en su fortaleza económica. Ahí es donde hay que golpear, según ellos,  para desestabilizar esta gran nación.

Aunque no se note públicamente, no quiere decir que Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega no estén tomando sus medidas. Evo Morales ha tomado posiciones más flexibles con respecto Estados Unidos y que Rafael Correo quiere ocupar el papel protagónico que deja Chávez en la palestra internacional. Los iraníes, rusos y chinos también deben estar moviendo sus fichas. Es decir que Chávez se ha convertido en un tsunami mundial.

Abril , 11 del 2012

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