Un
plan desastroso
Adolfo Rivero Caro
El plan de reforma de la salud pública del presidente
Obama es un verdadero desastre para las personas mayores de la
Florida, y de todo el país. No es de extrañar su enérgica oposición
al mismo. Deben seguir oponiéndose con todas sus fuerzas porque es
probable que Obama, respaldado por un Congreso demócrata, consiga
imponérselo al pueblo americano.
Todo el plan de Obama se apoya en una serie de
distorsiones. Su gran grito de batalla es darle cobertura a los 50
millones que no tienen seguro. Es bueno empezar señalando lo que
todo el mundo sabe: que nadie, tenga seguro o no, es rechazado en un
hospital americano. Dicho esto, esta cifra incluye a los 10 a 15
millones de inmigrantes ilegales. Recientemente, nuestro periódico
reportó sobre el enorme peso que representan los inmigrantes
ilegales para nuestros hospitales y nuestros contribuyentes.
¿Tenemos
nosotros la obligación de pagarle servicios a la gente que entra
ilegalmente en nuestro país? ¿Y no sólo a ellos sino a las familias
que arrastran detrás? Ciertamente que se pueden escribir infinitas
historias sobre sus sufrimientos. Pero ¿por qué criticar al gobierno
de Estados Unidos porque pretenda frenar la inmigración ilegal y no
centrar la crítica en
los gobiernos de sus países,
los únicos y verdaderos responsables de su miseria?
Pero no sólo se trata de los inmigrantes ilegales
(los ``indocumentados'' como se suele decir para ocultar la
ilegalidad), hay otros 10 a 20 millones que pudieran adquirir seguro
pero no quieren hacerlo porque son jóvenes y saludables. Y hay otro
25 por ciento elegible para Medicare pero que no lo ha solicitado.
Nada extraño, generalmente no están enfermos y, cuando les hace
falta, se inscriben en Medicaid y lo reciben. En realidad, la
verdadera cifra de personas que quisieran pero no pueden pagar un
seguro médico no pasa de 15 millones.
¿Por qué pretender revolucionar entonces un sistema
que sólo requiere algunas reformas? Y, ¿cómo se va a pagar este
enorme aumento de los que reciben atención médica pagada?
Estados Unidos va a enfrentar en la próxima década
déficits astronómicos y una deuda nacional en continuo aumento. Todo
motivado por el paquete de estímulo económico de Obama, que no
empezará a funcionar hasta dentro de varios años. Imaginen lo que
sucedería si Obama consigue imponernos, además de eso, los enormes
gastos de su ``reforma'' de la salud pública por no hablar de su
delirante plan de combatir el supuesto calentamiento global con
impuestos a las emisiones de carbono. Entre paréntesis, es sabido
que ni China ni la India ni Brasil ni ningún país en desarrollo va a
colaborar con ese plan. ¿Qué sentido tiene entonces sacrificar
nuestra propia prosperidad en aras de un objetivo ecológico más que
cuestionable?
La única forma de pagar por el enorme aumento de los
que van a recibir atención médica pagada, es subir fuertemente los
impuestos (lo que hará mucho más difícil salir de la recesión) y
disminuir drásticamente los actuales gastos en Medicare. Ahora bien,
¿cómo es posible conseguir esto último? Atención. Una enorme parte
de los gastos generales de Medicare se dedica actualmente a
la supervivencia de los viejos. Medicare
gasta en eso cientos, sino miles de millones de dólares. Obama se
pregunta, ¿no habrá forma de evitar este derroche de recursos
limitados? Por supuesto, pero necesariamente eso va a significar
buscar formas de eliminar estos enormes gastos ``irracionales'' e ``innecesarios''.
Es bueno que todas las personas mayores de la Florida y de todo el
país estén conscientes de lo que eso significa.
Otro problema evidente es la escasez de médicos y
enfermeras. ¿Cómo podrían dar abasto con decenas de millones de
nuevos pacientes? Es por esto que sus críticos hablan de infinitas
colas y de las demoras en recibir atención.
Por supuesto que el Presidente tiene otras
alternativas para abaratar radicalmente los costos de la atención
médica. Pero eso empezaría por cambiar las
absurdas leyes sobre negligencia médica que
obligan a los médicos americanos a protegerse contra infinitas
demandas ordenando innumerables pruebas tan costosas como
innecesarias. La negligencia médica siempre ha sido un problema real
pero raro. Pero impedir esas absurdas y frívolas demandas --que no
existen en ninguna otra parte del mundo-- atentaría contra los
intereses de los abogados que, casualmente, son los principales
contribuyentes del Partido Demócrata. Obama no lo hará nunca. En
realidad, su único y verdadero objetivo es aumentar al máximo el
control estatal sobre la economía del país
Agosto
28,
2009 |