|
|||
La muerte real y psicológica de Fidel Castro
www.neoliberalismo.com Fidel Castro ha muerto, de eso no hay dudas. No son falsos rumores, de los que el régimen pueda reírse. Esta vez el muerto que vos matáis, si no goza de buena salud. Sin embargo, como predijera el Santo Prelado Antonio María Claret, con su muerte, no llegará la verdadera paz, pero si el cielo se “tornará limpio y azul”. Eso ya se está viendo. Un análisis serio concluye, que la muerte de Fidel Castro, además de ser un hecho físicamente real, también tiene un impacto psicológico, pues fue alguien que creó todo un mito de vida eterna. No se comportaba como los mortales, incluso, por años no admitió públicamente familia, enfermedades, ni nada que lo atara al mundo humano real.
Hoy quedó demostrado que los miembros de la cúpula
castrista también son mortales, que biológicamente están en un ciclo
terminal, y contra la sentencia del tiempo, su poder totalitario
nada puede hacer. Ni tampoco es posible rearmar una nueva maquinaria
política que funcione como la maquinaria de los Castro que ya va
terminando. Ya es predecible que, a corto plazo los líderes de la llamada revolución cubana, llegaran a su fin. Y también se puede predecir que la sociedad cubana no está en condiciones de admitir una nueva dictadura generacional. No es verdad ese apoyo social que se ve en las movilizaciones gubernamentales para supuestamente honrar a Fidel Castro. Las movilizaciones masivas son una burla a su propia figura, producto de ese engendro que creó el mismo Fidel Castro, la doble moral. Esa misma población es la que burla la disciplina labora, se lleva los materiales de los centros laborales, corrompe la prestación de los servicios, se va en una balsa del país o se queda durante un viaje o misión internacionalista. Esa masa solo está esperando una oportunidad para manifestar su verdadera voluntad. Fidel Castro esperó muy tarde para morirse. La coyuntura internacional no lo favorece, ni las circunstancias históricas en la que murieron otros, como el “Che”. Se presagia que cuando termine el ciclo de la “revolución cubana” no será ningún atractivo social, al menos en Cuba, ser fidelista.
Raúl Castro está consciente de eso, y sabe que la
figura de Fidel Castro no sobrevivirá a su propia revolución, cuando
él desaparezca físicamente. Por esa razón, se justifica la cremación
de Fidel Castro, para que no existan conflictos sociales y su
presencia física no se convierta en rechazos púbicos, como ha
sucedido en otras latitudes. Tampoco van a correr riesgo de dejar
las cenizas reales en un lugar público, esas cenizas se mantendrán
en poder de la familia. La actual corriente que se viene desarrollando en América Latina, y también en los Estados Unidos y Europa complica más la figura de Fidel Castro. Lo que se viene llamando el fenómeno Trump es lo que en un momento dado se produjo en Europa del Este. Una revolución social contra lo establecido, que incluye los medios de prensa y el llamado Establishment. Si se pierde la base geopolítica, como con la que contó el “Che”, Fidel Castro no tiene asidero en la geopolítica mundial. En un breve tiempo nadie hablará de él, y como no dejó ningún hecho práctico que se pueda seguir implementando, con su muerte se irá su doctrina, que aunque muy efectiva para someter a las masas, cuando la democracia impera, no tiene ninguna utilidad, pero en la actualidad muchos países como Colombia deben cuidarse de esa arma ideológica letal. Noviembre 30, 2016
|