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Juan Guaidó como presidente de transición. El primer señalamiento que hicimos cuando Juan Guaidó se juramentó como presidente interino de Venezuela fue que debía formar de inmediato gobierno. Y ese orden lo prioritario era nombrar el Ministro de la Defensa, con la intensión de comenzar de inmediato la reestructuración de la Fuerza Armada y crear la alternativa de reincorporación de aquellos militares de desearen abandonar el régimen de Nicolás Maduro. Transcurrido más de un mes de tan relevante hecho, Juan Guaidó no ha logrado mecanismo de poder. A pesar de tener gran apoyo popular e internacional. No ha nombrado un gabinete, algo señalado en la Constitución venezolana vigente. Tal parece que la Asamblea Nacional no ha mostrado interés en darle los poderes necesarios a Juan Guaidó y debe reconsiderarse el orden de: “cese la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”. Sólo mediante un gobierno de transición se puede eliminar la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro. Y eso tiene un tiempo limitado, si Juan Guaidó no forma un gobierno en acción, en poco tiempo se irá diluyendo su respaldo popular y su capacidad de convocatoria. Hay que tener presente que los regímenes totalitarios no se desmontan con marchas y movilizaciones. Juan Guaidó, como presidente debe comenzar a ejecutar las acciones de gobierno. Por eso, debe hacer uso de los recursos otorgados y efectuar compras de alimentos y medicamentos en el exterior. Para eso debe nombrar toda la infraestructura que se encargará de esas gestiones comerciales. También debe la Asamblea Nacional legislar sobre todo aquello que afecte los intereses económicos de Venezuela, como la entrega de petróleo al régimen castrista y otros gobiernos con tratos preferenciales. El gobierno de transición debe tener una cede y una guardia de seguridad. Ya el liderazgo de Juan Guaidó está establecido. Por tanto, no debe hacer acciones temerarias y demostrar valor, ya que el enemigo está estudiando todas las variables y al final tomará cualquier decisión, sin importar el costo político, cuando se les estén acabando las opciones. Las premisas de riesgo, si se ejecutaban todas estas acciones han sobrepasado las expectativas. Por tanto, la frase de hoy no es “vamos bien” sino “vamos hacia delante” para enfrentar nuevos retos. Sin un gobierno de transición, no se acaba la usurpación. Marzo 06, 2019
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