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Las protestas públicas y las marchas en espiral y circulares Las protestas públicas pacíficas, como expresión genuina de la lucha cívica no violenta son muy bien vista por los regímenes opresores. Incluso les beneficia que sus oponentes se pronuncien por este tipo de lucha, que saben que por la naturaleza de su régimen opresor y totalitario no le traerá ninguna consecuencia. Sin embargo, la lucha cívica no violenta durante sus manifestaciones puede implementar métodos que den ciertas ventajas contra el enemigo como la rotación circular en las concentraciones bordeando la retaguardia de los adversarios, para dejarlos encerrados y las marchas en forma de espiral, encerrando dentro a represores y simpatizantes. También durante las marchas los grupos no deben marchar juntos, deben dividirse en pelotones, que entrarán por la retaguardia a poyar al grupo que sea confrontado. Nunca debe enfrentarse a los opresores de frente, si no se tiene un apoyo por la retaguardia del enemigo. En caso de necesidad de abrir una brecha se deben preparar elementos disuasivos con distracción hacia un área de fuego, o estallido ruidoso. Realizados por una minoría para que la mayoría avance y ocupe espacios circundantes. Todo esa logística tiene que ser prevista con antelación. Si un compatriota esté siendo reprimido violentamente, aprovechar la distracción del ataque del represor y neutralizarlo por detrás, incluso se pueden neutralizar por las piernas con distintos métodos, que lo arrojarían al piso. En caso de ocuparles las armas, no quedarse con ellas, desaparecerlas y si no se puede proteger, arrojarse a un lugar sin acceso posible. Nunca enfrentarse físicamente al opresor, siempre arrastrarlo hacia el grupo utilizando el método de caza de los lobos. A los familiares, que no ataquen a su familiar durante un enfrentamiento con un opresor, porque sin querer se están poniendo del lado del enemigo y en nada favorece la causa de los suyos, todo lo contrario.
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