ADOLFO RIVERO CARO
Los
estudiantes venezolanos representan algo
radicalmente nuevo en América Latina. Son una
oposición antitotalitaria. Lo tradicional, en
nuestro continente, ha sido la rebelión contra un
status quo capitalista. No ha sido por
gusto. Los estudiantes se han rebelado contra un
capitalismo profundamente corrompido, en el que la
alianza entre el estado y unas cuantas empresas
monopolistas han frenado nuestro desarrollo
económico. Por otra parte, la influencia de algunos
grandes inversores extranjeros hizo que muchos
consideraran esas inversiones como contrarias a la
independencia nacional. Todas estas críticas, que
siempre han tenido algún elemento racional, han
hecho que grupos sociales más o menos importantes
hayan derivado hacia la extrema izquierda. Dentro de
esa concepción, esencialmente marxista y leninista,
lo que frenaba el desarrollo económico eran las
inversiones extranjeras y el carácter explotador de
las empresas nacionales. El hecho de que ningún país
latinoamericano hubiera adoptado ese modelo
anticapitalista, permitía que éste pudiera ser
idealizado. El triunfo de la revolución cubana, tan
festejado en el mundo entero, permitió contrastar el
mito ideológico con la realidad y, por consiguiente,
comprobar su catastrófico fracaso. Paradójicamente,
el triunfo de la revolución cubana ha permitido la
gran derrota de sus ideas.
La decepción ha sido tan chocante que muchos no
han podido aceptarla. Como no pueden negar la
catástrofe, niegan que haya sido una revolución y
que haya sido socialista. Por favor. Fidel Castro
expropió todos los medios de producción en manos
extranjeras y luego todos los medios de producción
en manos cubanas. Esa decisión básica convirtió al
estado cubano y a sus jefes en los únicos
propietarios del país. De aquí se derivó
necesariamente su dictadura política. Si eso no fue
una revolución socialista, no sé qué lo es. A no
ser, por supuesto, que uno crea que una revolución
anticapitalista tiene que ser necesariamente
positiva. Pero esto no es más que una fe. Una fe,
por cierto, ciega y profundamente reaccionaria.
Las dictaduras comunistas no han podido
desarrollar a sus países nunca, en ninguna parte.
Una política moderna de estímulo capitalista, sin
embargo, ha convertido en naciones prósperas y
pujantes a países hasta hace poco atrasados y
miserables. Hace medio siglo, por ejemplo, Taiwan
estaba en una situación económica singularmente
parecida a la de Cuba. Hoy se ha convertido en una
potencia mientras que Cuba se ha hundido al nivel de
Haití. Por no hablar de los ejemplos de Corea del
Sur, Malasia, Singapur o Hong Kong. Irlanda siempre
fue un país pobre y de emigrantes. Hasta hace 20
años, cuando dio un viraje hacia una política de
desarrollo capitalista. Hoy es el segundo país más
rico de Europa, más próspero que Francia y Alemania.
Esos son los ejemplos que hay que estudiar. La
experiencia histórica demuestra que todas las
promesas de la revolución anticapitalista son
falsas, con excepción de la dictadura.
Los estudiantes venezolanos tienen grandes tareas
por delante. Todos saben que Chávez va a seguir
empeñado en imponer el totalitarismo. ¿Cómo
fortalecer el movimiento popular en su contra?
Algunas cosas saltan a la vista. Chávez se proclama
un desaforado admirador de Fidel Castro. Ahora bien,
muchos venezolanos creen que su revolución ha
significado una mejoría sustancial en la situación
de los cubanos más humildes. Esto es una gran
mentira cuyo único objetivo es apuntalar una
dictadura detestada y tambaleante. Los estudiantes
venezolanos tienen acceso a una infinidad de
materiales sobre Cuba. Hay muchos vídeos de
extraordinaria calidad intelectual y artística sobre
la realidad cubana. Pocas tareas serían más
importantes que dárselos a conocer a los venezolanos
de abajo. Aquí el objetivo no es convertir a los
chavistas en antichavistas. Se trata, simplemente,
de convertirlos de ignorantes en informados. Por el
momento nada más, pero tampoco nada menos.
Otro
elemento que me parece importante es el contacto con
los aliados del exterior. No es casual que Hugo
Chávez se considere un camarada de Ahmadinejad, el
demencial presidente de la República Islámica de
Irán. En realidad, nada más profundamente
reaccionario y antinacional. Por favor, ¿qué tiene
que ver el pueblo venezolano con los
fundamentalistas islámicos? ¿Acaso no es un pueblo
profundamente cristiano? La oposición venezolana
tiene muchos aliados. Y ninguno más cercano que los
disidentes cubanos. Que nadie la menosprecie, esa
disidencia está en la vanguardia misma de la lucha
internacional contra el terrorismo. Después de todo,
la Cuba de Castro ha sido siempre uno de los centros
dirigentes del terrorismo internacional. Los
estudiantes venezolanos tienen que establecer y
desarrollar contacto con los disidentes cubanos. En
este sentido, se puede empezar por utilizar la
internet. Yo los invito a visitar
www.desdecuba.com/generaciony, el magnífico
website de Yoani Sánchez, una valiente y
brillante joven cubana, hecho desde la misma Habana.
En neoliberalismo.com hay muchos materiales teóricos
que les pueden ser útiles.
Los estudiantes venezolanos no sólo están
librando una gran lucha nacional, sino que se han
convertido en parte importante de la guerra mundial
contra el terrorismo. Representan la civilización
contra la barbarie. Y todas las fuerzas democráticas
del mundo están a su lado.