En defensa del neoliberalismo

                                         

 

 

Venezuela: estudiantes versus barbarie

 

 

Los estudiantes venezolanos representan algo radicalmente nuevo en América Latina. Son una oposición antitotalitaria. Lo tradicional, en nuestro continente, ha sido la rebelión contra un status quo capitalista. No ha sido por gusto. Los estudiantes se han rebelado contra un capitalismo profundamente corrompido, en el que la alianza entre el estado y unas cuantas empresas monopolistas han frenado nuestro desarrollo económico. Por otra parte, la influencia de algunos grandes inversores extranjeros hizo que muchos consideraran esas inversiones como contrarias a la independencia nacional. Todas estas críticas, que siempre han tenido algún elemento racional, han hecho que grupos sociales más o menos importantes hayan derivado hacia la extrema izquierda. Dentro de esa concepción, esencialmente marxista y leninista, lo que frenaba el desarrollo económico eran las inversiones extranjeras y el carácter explotador de las empresas nacionales. El hecho de que ningún país latinoamericano hubiera adoptado ese modelo anticapitalista, permitía que éste pudiera ser idealizado. El triunfo de la revolución cubana, tan festejado en el mundo entero, permitió contrastar el mito ideológico con la realidad y, por consiguiente, comprobar su catastrófico fracaso. Paradójicamente, el triunfo de la revolución cubana ha permitido la gran derrota de sus ideas.

La decepción ha sido tan chocante que muchos no han podido aceptarla. Como no pueden negar la catástrofe, niegan que haya sido una revolución y que haya sido socialista. Por favor. Fidel Castro expropió todos los medios de producción en manos extranjeras y luego todos los medios de producción en manos cubanas. Esa decisión básica convirtió al estado cubano y a sus jefes en los únicos propietarios del país. De aquí se derivó necesariamente su dictadura política. Si eso no fue una revolución socialista, no sé qué lo es. A no ser, por supuesto, que uno crea que una revolución anticapitalista tiene que ser necesariamente positiva. Pero esto no es más que una fe. Una fe, por cierto, ciega y profundamente reaccionaria.

Las dictaduras comunistas no han podido desarrollar a sus países nunca, en ninguna parte. Una política moderna de estímulo capitalista, sin embargo, ha convertido en naciones prósperas y pujantes a países hasta hace poco atrasados y miserables. Hace medio siglo, por ejemplo, Taiwan estaba en una situación económica singularmente parecida a la de Cuba. Hoy se ha convertido en una potencia mientras que Cuba se ha hundido al nivel de Haití. Por no hablar de los ejemplos de Corea del Sur, Malasia, Singapur o Hong Kong. Irlanda siempre fue un país pobre y de emigrantes. Hasta hace 20 años, cuando dio un viraje hacia una política de desarrollo capitalista. Hoy es el segundo país más rico de Europa, más próspero que Francia y Alemania. Esos son los ejemplos que hay que estudiar. La experiencia histórica demuestra que todas las promesas de la revolución anticapitalista son falsas, con excepción de la dictadura.

Los estudiantes venezolanos tienen grandes tareas por delante. Todos saben que Chávez va a seguir empeñado en imponer el totalitarismo. ¿Cómo fortalecer el movimiento popular en su contra? Algunas cosas saltan a la vista. Chávez se proclama un desaforado admirador de Fidel Castro. Ahora bien, muchos venezolanos creen que su revolución ha significado una mejoría sustancial en la situación de los cubanos más humildes. Esto es una gran mentira cuyo único objetivo es apuntalar una dictadura detestada y tambaleante. Los estudiantes venezolanos tienen acceso a una infinidad de materiales sobre Cuba. Hay muchos vídeos de extraordinaria calidad intelectual y artística sobre la realidad cubana. Pocas tareas serían más importantes que dárselos a conocer a los venezolanos de abajo. Aquí el objetivo no es convertir a los chavistas en antichavistas. Se trata, simplemente, de convertirlos de ignorantes en informados. Por el momento nada más, pero tampoco nada menos.

Otro elemento que me parece importante es el contacto con los aliados del exterior. No es casual que Hugo Chávez se considere un camarada de Ahmadinejad, el demencial presidente de la República Islámica de Irán. En realidad, nada más profundamente reaccionario y antinacional. Por favor, ¿qué tiene que ver el pueblo venezolano con los fundamentalistas islámicos? ¿Acaso no es un pueblo profundamente cristiano? La oposición venezolana tiene muchos aliados. Y ninguno más cercano que los disidentes cubanos. Que nadie la menosprecie, esa disidencia está en la vanguardia misma de la lucha internacional contra el terrorismo. Después de todo, la Cuba de Castro ha sido siempre uno de los centros dirigentes del terrorismo internacional. Los estudiantes venezolanos tienen que establecer y desarrollar contacto con los disidentes cubanos. En este sentido, se puede empezar por utilizar la internet. Yo los invito a visitar www.desdecuba.com/generaciony, el magnífico website de Yoani Sánchez, una valiente y brillante joven cubana, hecho desde la misma Habana. En neoliberalismo.com hay muchos materiales teóricos que les pueden ser útiles.

Los estudiantes venezolanos no sólo están librando una gran lucha nacional, sino que se han convertido en parte importante de la guerra mundial contra el terrorismo. Representan la civilización contra la barbarie. Y todas las fuerzas democráticas del mundo están a su lado.

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