ADOLFO RIVERO CARO
La
candidatura del senador Barack Obama para
presidente de Estados Unidos ha tenido
varios aspectos positivos. Uno de ellos es
que está propiciando una discusión sobre los
problemas raciales en nuestro país. Esto va
a ser útil. A mi juicio, dentro de este
marco, sería importante revisar un poco la
historia. La gran mayoría del electorado de
origen hispano (y no sólo ella) tiene una
idea generalmente incorrecta sobre la
historia de los problemas raciales en
Estados Unidos. Mucha gente se sorprende
cuando uno les recuerda que Abraham Lincoln,
el liberador de los esclavos, era
republicano y que el sur racista era
ferozmente demócrata.
No es de extrañar, por consiguiente, que
los demócratas se opusieron a todas las
medidas dirigidas a concederles derechos
civiles a los antiguos esclavos impulsadas
por el partido de Lincoln. En todo el sur se
mantuvo el esfuerzo por negarles el derecho
al voto a los negros pese a la aprobación de
la Enmienda 13 a la Constitución, promovida
por los republicanos, que entró en vigor en
diciembre de 1865. Los demócratas
promulgaron duros códigos racistas que
exigían, por ejemplo, que los negros
tuvieran que tener licencias gubernamentales
o contratos laborales por escrito para poder
ejercer un oficio. De no tenerlos, podían
ser considerados vagabundos y detenidos.
Tenían prohibido dejar a sus empleadores y
podían ser arrestados si lo hacían. También
tenían prohibido (en el sur) poseer
cuchillos, armas de fuego o bebidas
alcohólicas. Preocupado por esto, que hacía
pensar que la guerra civil se había librado
por gusto, el Congreso republicano aprobó la
Ley de Derechos Civiles de 1866, que
garantizaba que los negros tuvieran los
mismos derechos que los blancos para hacer
contratos, que sus propiedades fueran
protegidas por la ley y que las leyes
penales se aplicaran a blancos y negros por
igual. En 1866, el presidente Andrew Johnson,
un demócrata, vetó la ley. Sin embargo, pese
a la oposición demócrata, la Ley de los
Derechos Civiles entró en vigor en abril de
1866.
En 1869, los republicanos decidieron que
la extendida práctica de negarles el voto a
los negros en el sur requería otra enmienda
a la Constitución. La Enmienda 15
garantizaría expresamente el derecho al voto
independientemente de la raza. La reacción
del sur a la aprobación de esa Enmienda fue
la formación del Ku Klux Klan, organizado
para suprimir el voto negro por la fuerza.
El historiador de la Universidad de Carolina
del Norte Allen Trelease describió esta
siniestra organización como ''el brazo
terrorista del Partido Demócrata''. Y Eric
Foner, un historiador de la Universidad de
Colombia, llamó al KKK ''una fuerza militar
que sirve los intereses del Partido
Demócrata''. Provistos de estos nuevos
poderes, las autoridades federales pudieron
arrestar, encausar y condenar a los miembros
del Klan. En 1877, los republicanos pensaban
que, desde el punto de vista legislativo, no
quedaba nada que hacer en relación con los
derechos civiles. Lo único que había que
hacer era cumplir con las leyes.
Con lo que no contaron los republicanos
fue con el Tribunal Supremo, que
prácticamente desmanteló todo el programa de
la Reconstrucción. En los casos
Slaughter-House de 1873, la corte
limitó mucho el alcance de la Enmienda 14.
En US v. Cruikshank en 1875,
prácticamente les quitó a los negros el
derecho de tener armas de fuego en el sur,
fallando que era permisible que el KKK
desarmara por la fuerza a dos negros en
Luisiana, dejándolos así prácticamente
indefensos puesto que los gobiernos racistas
del estado y las localidades no harían nada
para protegerlos. En los casos de civil
rights de 1883, la Corte prácticamente
canceló todas las leyes de derechos civiles
de la posguerra. El último desastre fue el
caso Plessy v. Ferguson en 1896,
que sostuvo la doctrina de ''separados pero
iguales'' que, en la práctica, permitía la
segregación racial en todas las áreas del
gobierno.
En las elecciones de 1892 los demócratas
consiguieron, por primera vez desde la
guerra civil, el control de la Cámara, el
Senado y la Casa Blanca. Lo primero que
hicieron fue revocar los pocos restos de la
ley de derechos civiles que todavía tenían
vigencia legal. El presidente Grover
Cleveland (demócrata) firmó la ley de
revocación el 8 de febrero de 1894.
Esto liberó a los racistas sureños para
reafirmar su control sobre la población
negra, despojándola sistemáticamente de su
derecho al voto, restableciendo una
esclavitud de facto, usando el
linchamiento para aterrorizar a los negros y
poniendo en vigor las leyes y prácticas de
la segregación racial. Ahora, nosotros
llamamos a esto la época de ''Jim Crow'',
cuando los negros del sur fueron puestos
prácticamente donde estaban antes de la
guerra civil.
Una
vez que los negros perdieron el derecho al
voto, el Partido Republicano desapareció de
la vida política del sur y los demócratas
dominaron la región durante los cien años
siguientes. Por consiguiente, fueron
gobernadores demócratas, legislaturas
demócratas y jueces demócratas los
responsables de todas las leyes y prácticas
racistas que hoy asociamos con Jim Crow. No
es de extrañar que, durante casi un siglo,
los negros americanos fueron tan sólidamente
republicanos como hoy son demócratas. Qué
provocó el cambio pudiera ser tema de una
futura columna, pero siempre es útil conocer
la realidad histórica.
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