En defensa del neoliberalismo
 

Votar por la esperanza

 

Bill O'Reilly

Que no quepa duda. No importa por quien usted vote dentro de algunas semanas, su voto va a estar basado en la esperanza. El presidente Bush cree firmemente que la democracia se va a imponer en Irak. Esa convicción requiere mucha esperanza. John Kerry nos quiere hacer creer que puede persuadir a Francia y Alemania a que nos ayuden para estabilizar Irak. Para que eso fuera remotamente posible, el senador tendría que hablar con mucha dulzura y manejar una enorme chequera porque convertir ese tipo de esperanza en realidad probablemente costaría muy caro.

La triste verdad es que Estados Unidos no le cae bien a muchos países, y eso tiene muy poco que ver con la política americana para combatir al terrorismo. Esa acritud en contra nuestra tiene su origen en serias diferencias en filosofía y prioridades.

En primer lugar, está la economía. En EEUU está creciendo continuamente pero está esencialmente estancada en la Unión Europea. La razón es que los americanos trabajamos más horas y tenemos menos restricciones laborales. En Europa abundan demasiado los privilegios y estos se extienden al mercado. Por ejemplo, si usted no quiere trabajar en Escandinava, el gobierno lo va a mantener. Y, aunque usted trabaje, los impuestos son tan altos en muchos países europeos que llega el momento en que el trabajo renumerado sencillamente no merece la pena. Así que muchas personas ambiciosas y creativas simplemente se van para una sauna. Obviamente, esto limita mucho lo que pueden conseguir.

Y luego está la filosofía secular. En Holanda, por ejemplo, han legalizado la eutanasia, inclusive para niños. Si usted quiere drogas, estas se venden públicamente en Ámsterdam. Y después puede irse a un barrio de la ciudad y tener relaciones sexuales con una prostituta licenciada por el gobierno. La prostitución es legal. Y si quiere inyectarse sus drogas en un café, no hay problemas.

En España, el nuevo primer ministro socialista se burla de la Iglesia Católica y se rinde ante Al Qaida. En Francia, Jacques Chirac rehúsa prestarnos la ayuda que hace falta para salvaguardar las elecciones en Afganistán e Irak.  En Rusia, Vladimir Putin cierra periódicos y mete en la cárcel a potenciales rivales. ¿Y esa gente es la que John Kerry va a sumar a nuestra causa?

México permanece pobre y corrompido y luego le echa la culpa a su vecino del norte. Es cómico cuando uno piensa que el gobierno de EEUU le permite a millones de ciudadanos mexicanos vivir y trabajar aquí, muchos de ellos ilegalmente. De hecho, las remesas que los trabajadores mexicanos mandan a su país constituyen la segunda mayor fuente de ingresos de esa nación después del petróleo.

La verdad es que EEUU cae mal en muchos países debido a nuestras tradiciones judeo-cristianas así como por nuestro poderío económico y militar. La idea de que Chirac y Gerhard Schroeder simplemente discrepan con nosotros en torno a Irak es una tontería. Estos hombres le están hacienda el juego a su base de izquierda y a la prensa antiamericana. En realidad, ambos están en el poder debido a su antiamericanismo. Las economías de Alemania y Francia andan muy mal. Y esos personajes tratan de enmascararlo criticando a los bárbaros americanos.

Así que le deseo buena suerte a John Kerry en encontrar terreno común con los políticos extranjeros que se han beneficiado personalmente de darle malos ratos a EEUU. La envidia y la miopía que imperan en el mundo es el mejor aliado de Al Qaida. EEUU puede haber cometido errores en Irak, pero piense en esto: Si el mundo entero estuviera unido contra los terroristas y los dictadores brutales, no podrían existir. Pero no lo está. Y todas las esperanzas del mundo no van a cambiar eso.

Traducido por AR