En defensa del neoliberalismo

La confusión sobre el dualismo monetario en Cuba

Jorge A. Sanguinetty

El gobierno cubano acaba de anunciar que no es posible eliminar el dualismo monetario consistente en la circulación simultánea del peso tradicional y del "peso convertible". Antes de discutir lo que significa esa decisión, recordemos primero que el peso convertible se instauró para retirar de la circulación al dólar americano y otras monedas convertibles. Recordemos también que dichas monedas circularon en Cuba como resultado de la imperiosa necesidad de salvar la economía después de la pérdida de la ayuda soviética a comienzos de los noventa, con la ayuda del turismo internacional y las remesas en dólares de los cubanos exilados a sus familiares residentes en Cuba. Aunque a regañadientes, Fidel Castro no tuvo más remedio que aceptar la profunda humillación de ver al dólar de su odiado enemigo servir de muleta a la economía que él mismo ayudó a empobrecer.

El dualismo monetario surgió como una necesidad del dualismo económico que se creó para salvar la economía castrista, pero muchos cubanos están afectados por una forma especial de lo! que lo s economistas llaman "ilusión monetaria". En su expresión más sencilla, la ilusión monetaria consiste en confundir al fenómeno económico "real", o sea, la producción, el empleo, el consumo, la inversión, etc., con la expresión monetaria de esas variables. La desaparición inesperada de la ayuda soviética, que mantuvo a la economía cubana a flote artificialmente, puso al desnudo el gran deterioro de las capacidades productivas del país, resultado de la desidia e incompetencia de Fidel Castro como gobernante. O sea, desde los primeros años de la revolución, el aparato productivo cubano en su totalidad fue perdiendo eficiencia de manera sistemática, año por año, lo que hizo depender al país de la ayuda soviética desde el principio. Al desaparecer ésta, Fidel Castro se vio en muy serios aprietos, quizás los más graves de su régimen, y tuvo que tomar medidas de emergencia que acabaron por crear una economía dual, de dos sectores. Uno! que po r su naturaleza capta monedas convertibles pero sobre el cual el gobierno no puede ejercer un control completo (turismo, remesas, inversiones extranjeras) y el resto de la economía constituido por las empresas estatales.

Esto significa que el dualismo monetario no es otra cosa que la expresión monetaria de un dualismo económico, que a su vez representa un dualismo de oportunidades para los cubanos. Los que reciban remesas o logran intercambiar algunos bienes o servicios por monedas convertibles generalmente viven mejor que los que dependen del salario fijo y depreciado que sólo pueden pagar las empresas u organismos estatales, un resultado de la gran pérdida de eficiencia productiva. Pero muchos cubanos son víctimas de la ilusión monetaria y acaban culpando al dualismo monetario de su miseria. Raúl Castro pudiera eliminar el dualismo monetario haciendo que se paguen todos los salarios en pesos convertibles, pero el resultad! o sería que los trabajadores cubanos verían sus salarios reflejados en magnitudes más bajas, la mayoría de ellos por menos de veinte pesos convertibles al mes, lo cual le facilitaría a todos ver cuánto la revolución los ha empobrecido. Por eso el gobierno no puede eliminar el dualismo monetario, porque pagar con el peso convertible es políticamente imposible y eliminar el dualismo económico no es factible hasta que no se re-estructure el aparato productivo del país.

Raúl Castro se encuentra aquí en una encrucijada crítica: cómo salvar al socialismo que él aparentemente soñó y que su hermano Fidel maltrató y al mismo tiempo eliminar el dualismo económico para poder acabar con el monetario. No hay evidencia de que el heredero del gobierno se haya percatado que su empeño en reinventar el socialismo económico es un impedimento para mejorar sustancialmente la economía. Si se atreviese, Raúl Castro liberaría las capacidades productivas ! del paí s para mejorar la producción doméstica, especialmente en el sector de alimentos. Pero tal liberación no irá muy lejos si el país no es capaz de generar exportaciones que le permitan aumentar sus ingresos en monedas convertibles. Esto es necesario para importar insumos que la producción doméstica necesita, más los bienes de consumo que no se producen en el país. Esta sería la única manera de aumentar el acceso de los cubanos no simplemente a esas monedas, sino a los bienes importados que desean adquirir. En su negativa de eliminar el dualismo monetario, tanto el gobierno como una parte de la población parecen reconocer que el problema no se resuelve por un simple decreto. Sin embargo, la negativa no ha sido acompañada por explicación alguna, lo cual hace pensar que el gobierno no entiende cabalmente el problema o que simplemente no quiere enfrentarlo o discutirlo públicamente. Todo esto pone de relieve la importancia de que los ! ciudada nos de cualquier país tengan una comprensión mínima de los problemas económicos que los afectan directamente, de manera que los gobernantes no puedan abusar de su ignorancia para manipularlos a su antojo. El caso cubano es peor porque el analfabetismo económico parece extenderse a los gobernantes. Sin embargo, en Cuba existen personas que han tratado de comprender el fenómeno económico y cómo opera en el país. Las mismas son las primeras que se han ido dando cuenta de lo absurdo del régimen actual y quizás sean las primeras en ayudar a superarlo en el futuro.

 

Junio, 2008