COMENTARIO

LOS HOMBRES MUEREN PERO EL TONTO UTIL ES INMORTAL

Adolfo Rivero Caro

Uno de los atractivos del Partido Comunista concebido por Lenin era su carácter eminentemente elitario. El partido se definía a sí mismo como "la vanguardia organizada y consciente de la clase obrera". Pero ¿qué le daba al partido comunista ese carácter de vanguardia? Era, por supuesto, el conocimiento del materialismo histórico, la teoría, supuestamente científica, sobre las "leyes" del desarrollo de la sociedad. Equipado con la misma, cualquier militante no sólo podía explicarse cuanto problema social pudiera existir sino que también podía conocer la solución práctica del mismo. No es tan difícil como parece. La raíz de todos los problemas sociales estaba en la existencia de las clases sociales y, por consiguiente, la cura de todos ellos se hallaba en la eliminación de las mismas. La expropiación de la burguesía permitiría la eliminación de "la explotación del hombre por el hombre". Esa cura formidable requería de una revolución social, a ser llevada a cabo por los abnegados militantes del partido. La consciencia de pertenecer a un grupo iniciado en un conocimiento esotérico era uno de los grandes atractivos del Partido Comunista.

A diferencia de los partidos políticos tradicionales, los miembros del partido leninista tenían que militar en un organismo del partido, asistir a sus reuniones y cumplir sus acuerdos. Asumir la responsabilidad de esa militancia no era tarea fácil. Significaba enfrentar la hostilidad de las clases sociales que no estaban dispuestas a aceptar la necesidad de una liquidación social asociada, con demasiada frecuencia, con una liquidación física. De aquí que los comunistas estuvieran rodeados de muchas personas que, aunque compartieran sus ideas, no estuvieran dispuestas a compartir los inconvenientes de la militancia partidaria. Eran, por supuesto, despreciados por los verdaderos revolucionarios. Sin embargo, estaban dispuestos a cumplir tareas y, con el tiempo, los comunistas descubrieron su inmensa utilidad. Sin ser comunistas e, inclusive, discrepando en algunos sentidos de los camaradas, tenían las mismas posiciones ante diversos importantes problemas. ¿Por qué? Porque eran honestos, decía el partido. Porque no se dejaban sobornar por la burguesía y el imperialismo. Estos simpatizantes podían ser tomados como un ejemplo palpable de la fuerza de. la verdad. Eran muy útiles. Tanto que, en un momento de debilidad, a Lenin se le escapó la frase: "tontos útiles". En efecto, para los comunistas, no dejaban de ser tontos además de cobardes. Tontos porque resignaban a ser simples instrumentos, porque no servían los objetivos del partido deliberadamente, buscando la revolución social, sino indirectamente, buscando la satisfacción de mínimos objetivos parciales: la paz o los derechos de los negros, de los indios, de los jorobados, de los zurdos o cualquier otra causa que, para los verdaderos revolucionarios, sólo servían como pretextos, como formas de resquebrajar la sociedad, debilitar el status quo y facilitar de esa forma la revolución social.

Con el tiempo, a los comunistas se les ocurrió la idea de organizar a estos simpatizante por causas: los preocupados por la paz, los preocupados por el fascismo, o por grupos con supuestos problemas específicos, como los jóvenes, los obreros o las mujeres. Militar en uno de estos grupos permitía participar en las luchas de los comunista sin correr con sus riesgos. Se les elogiaba como sacrificados combatientes mientras se les estimulaba con numerosas prebendas como, por ejemplo, viajes, becas o publicación de sus obras. Sin embargo, lo que los movía, básicamente, no era nada material sino el sentimiento atávico del grupo, de la tribu. Lo que los horrorizaba era el mundo moderno: la dura competencia del mercado.

Ahora bien, ¿qué se ha hecho y dónde se han metido aquellas organizaciones paralelas del Partido Comunista? ¿A qué se dedican actualmente los miembros de la Federación Sindical Mundial, el Congreso Mundial de la Paz, la Unión Internacional de Estudiantes, la Federación Mundial de las Juventudes Democráticas, la Federación Democrática Internacional de Mujeres y otras por el estilo, creadas, subvencionadas y manipuladas a lo largo de decenios por el Partido Comunista de la Unión Soviética?. Increíblemente esas organizaciones no han desaparecido. Siguen activas. Todavía quedan quienes las financien. Un ejemplo, lo tenemos en esas reuniones que se celebran tan frecuentemente en La Habana. La última fue el Encuentro Internacional de Solidaridad entre Mujeres en el que participaron más de 2,000 delegadas de 75 países.

¿Qué se discutió en esta reunión? Lo mismo de siempre. Lo malo que es el neoliberalismo. "El sistema sociopolítico de Cuba y características de su democracia y desarrollo científico-técnico. (¡) Y, por supuesto, "Consecuencias de la Guerra Bacteriológica contra Cuba"…

Esta fue la reunión clausurada por Fidel Castro el 17 de abril en un discurso de más de cuatro horas de duración. Fidel dijo que el capitalismo… "está condenado por la historia…" "¿Qué devora el imperialismo, qué devora el capitalismo desarrollado, que devora el neoliberalismo, si no es carne humana? –preguntó dramáticamente el dictador cubano. Con sorprendente originalidad calificó al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial como "ministerios de economía y finanzas del imperialismo yanqui".

Como señaló un cable de Reuters, las delegadas ovacionaron a Castro en numerosas ocasiones y una de ellas gritó: ¡Fidel te amo! Lo mismo que 0le gritaban a Stalin, a Mao Tse Tung y a Ho Chi Min. Y a Pol Pot. Y a Daniel Ortega, el incestuoso. El mundo podrá cambiar pero los tontos útiles y la clientela política del socialismo no se acabarán nunca.

 

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