NEGROS AMERICANOS Y VERDADES CUBANAS

Por Adolfo Rivero Caro

Desde hace demasiado tiempo, cierta prensa liberal norteamericana pretende dar la impresión de que la comunidad cubana es racista. Una supuesta prueba de ese racismo es su falta de solidaridad con los negros norteamericanos y su hostilidad a líderes de la talla de Nelson Mandela o de personalidades como Andrew Young.

"Ellos no nos apoyan a nosotros porque nosotros no los apoyamos a ellos", nos explican algunos. "Hace falta más unidad", aconsejan otros.

Sería bueno precisar algunos puntos.

Hay cubanos racistas, como no. Y antisemitas, fascistas, marimberos, asesinos y comunistas. Como también hay negros con todas esas características. Y asiáticos, latinoamericanos, bosnios y de las islas Fiji. Pero sugerir que el racismo es típico del exilio cubano es una idiotez. Aunque una idiotez con un sentido político muy bien definido.

¿Por qué nos acusan de racistas los liberales americanos? Muy sencillo: porque la comunidad cubana es anticomunista. Y anticomunista, aunque parezca increíble, es una mala palabra entre los liberales americanos. Anticomunista es sinónimo de reaccionario y fascistoide. De aquí que una comunidad anticomunista tenga que ser racista. De no serlo, rompería sus estereotipos marxianos.

Cuando los cubanos criticamos a un Nelson Mandela por su amistad con Fidel Castro o a Andrew Young por sus viejos antecedentes de izquierda, los liberales americanos quieren hacen aparecer que los criticamos por negros. La mala intención es obvia. Debía ser evidente que nosotros reservamos la misma acritud para el multimillonario Ted Turner. O para su esposa, la rubia Jane Fonda.

Desgraciadamente, sobre todo para los mismos negros norteamericanos, sus principales dirigentes son liberales. Son los Jesse Jackson y los Charles Rangel. Es por eso que ni ellos nos han apoyado a nosotros ni nosotros los vamos a apoyar a ellos. Es una cuestión política. No tiene nada que ver con la raza. Sería lo mismo si fueran chinos, albinos o pielesrrojas.

Los liberales americanos insinuan que los cubanos no apoyan las demandas de los negros porque son racistas. No es cierto. No las apoyamos porque no creemos en ellas. Los liberales americanos aprovechan los sentimientos de culpa de esta sociedad para chantajearla. Pero eso no funciona con nosotros.

La inmensa mayoría de los cubanos llegamos a este país sin recursos, teniendo que luchar por un permiso de trabajo y sin ni siquiera saber el idioma. ¿Quién nos va a convencer de que los negros norteamericanos no pueden encontrar trabajo? Señores, no estamos en la Gran Depresión.

O que no encuentran trabajo porque los discriminan. Perdón. Nosotros somos inmigrantes. Extranjeros. Y de lo que la izquierda llama "el Tercer Mundo". No es que no nos den programas de "acción afirmativa". No. Es que venimos con títulos universitarios y aquí no valen.

Hemos tenido que empezar de nuevo y a partir de cero. Innumerables profesionales han tenido que vender desde cursos de inglés hasta reservaciones en el cementerio. Hemos sido techeros, camareros de restaurantes, fumigadores, agencieros, choferes. Pero, en general, a los pocos años hemos podido vivir decentemente, ahorrar, poner negocios, prosperar.

Por eso, para nosotros, este gran país ha sido, y sigue siendo, la tierra de la oportunidad.

Entonces, díganme una cosa, liberales y dirigentes de la NAACP, si nosotros hemos podido, ¿por qué los negros norteamericanos no pueden hacer lo mismo? ¿Por qué habríamos de apoyar entonces sus demandas de tratamiento especial y repetir la retórica izquierdista de sus dirigentes?

Nosotros no creemos que Estados Unidos sea un país racista e imperialista. Punto. Nada de los que afirman los actuales dirigentes negros se corresponde con nuestra experiencia. Lo que sí sabemos es que ese discurso se parece demasiado al de Fidel Castro.

Todos conocemos profesionales, artistas, deportistas e intelectuales negros norteamericanos que respetamos y admiramos. A la gran clase media negra de Estados Unidos no parece afectarla el racismo. Pero ese papel de víctima que los liberales reclaman para ese lumpenproletariado negro, que ellos mismos ayudaron a crear en los años 60 con su culto a la promiscuidad sexual y su cultura de la droga, ni nos conmueve ni nos convence. En realidad, quieren perpetuarlos como víctimas resentidas para poder manipularlos y seguir viviendo como sus supuestos defensores. Los cubanos conocemos bien a esos defensores de los oprimidos.

Básicamente, es por eso que ni tenemos "unidad" con esos negros americanos ni hay razones para tenerla, ni falta que nos hace. En todo caso, nuestra unidad política, social y humana tiene que ser con los otros negros. Con los que compartan nuestras ideas de libertad y de responsabilidad individual. Y no hay retórica, ni pudor, ni disimulo que pueda ocultar esa realidad.