En defensa del neoliberalismo

 

Socialismo o muerte: valga la redundancia

 

A algunos les importa poco incubar odios fatales,como los que comienzan a resucitar.

Alvaro Bardón

En seguida del informe sobre torturas, no hubo un punto final o cierre, por lo que, más allá de su valor intrínseco, lo que tenemos es un nuevo aprovechamiento político del drama de millones de chilenos por la virtual guerra civil en el entorno de 1973. Eso no sirve para un mejor futuro -como afirmó Ricardo Lagos-, sino lo contrario. Se revive la tragedia, sin ningún respeto por los dramas personales. Se mete el dedo en las heridas, lo cual también es una suerte de tortura.

Todo esto, a un subido costo a cargo del Estado, es decir, de usted, que paga impuestos y que no ha torturado a nadie. Ya antes hubo variados regalos, unos justos y otros de los que es mejor no acordarse. Agréguele el tiempo de abogados, tribunales, policías y gendarmes y el de tanta gente capaz, desperdiciado en un tema que debió cerrarse hace unos 15 años, pensando realmente en el futuro. Mucha demagogia electorera de grupos políticos con ideologías acabadas y sin propuestas modernas. Lo positivo de los gobiernos de la Concertación se dio porque el dictador entregó el poder, pacíficamente -algo raro-, después de una revolución económica que profundizaron los concertacionistas -al contrario de lo planteado y prometido en los años 70 y 80.

Ha habido estabilidad económica y política y un buen desarrollo, con un "aporte social" pobre en educación, salud, empleo y seguridad. La distribución del ingreso sigue mala, pero la principal falla es no haber concluido "la transición a la democracia" con un cierre de cuentas.

Es genial: ahora quieren un instituto de derechos humanos para "enseñar la materia". ¿Y me van a decir que estos conceptos elementales no están en los programas de educación obligatorios, impuestos por la Concertación?

Es comprensible. Como ellos se reían de la democracia y los derechos humanos, conceptos que calificaban de burgueses, deben pensar que todos estábamos en lo mismo. Pero la verdad es que ellos introdujeron la violencia en la política, al propiciar la dictadura del proletariado, con guerra civil y los muertos que resultaran. Los socialistas impidieron que Allende llegara a acuerdos políticos, que habrían evitado lo del '73, infligiéndole así la mayor de las torturas imaginables. Hasta este "facho" que aquí escribe participó en dos reuniones, con los entonces ministros Millas y Sanhueza, para "arreglar" la robatina de propiedad y otras violaciones de derechos humanos, las que fracasaron por el veto de los mismos que hoy se ganan la vida política hablando de ellos.

De los arrepentidos es el reino de los cielos, y si desde Lagos para abajo se inscriben en las clases del nuevo instituto, capaz que sirva de algo, siempre que no lo pongan a cargo de los del partido o de marxistas de la lucha de clases, del fin que justifica los medios, del avanzar sin transar, del "socialismo o muerte", de los 100 millones de difuntos del siglo XX y del grito torturador de batalla de esos tiempos: "¡Las momias al colchón y los momios al paredón!" (eslogan que da, al menos, para un seminario del instituto que, espero, no tendrá problemas para acreditarse en el ministerio de dictadura educacional que tenemos).

La tortura socialista a Allende, que comenzó en los años 60, podría repetirse con Lagos, al impedirle un cierre cuerdo y pacificador, verdaderamente democrático y de futuro.

Pero es injusto culpar sólo a los socialistas. También se debe agregar a otros políticos de principios olvidados, tipo PPD y PDC, cuyo único norte es el poder, a los que poco les importa incubar odios fatales, como los que comienzan a resucitar.