Gustavo Pino
Se ha escuchado hablar al Presidente
Correa y a sus ministros que
la Asamblea Constituyente es la panacea para salir de
la pobreza en la cual se ha encontrado sumiso el pueblo ecuatoriano en
las últimas décadas. Se les ha oído decir que hemos vivido en una larga
noche neoliberal que ha oprimido a nuestros pueblos y ha saqueado los
recursos del Estado. Se ha escuchado decir que los culpables de la
debacle económica son los “pelucones” que viven en Samborondón. Se ha
escuchado decir que están “sacando adelante a la economía” aumentando el
bono de la solidaridad y reduciéndose el sueldo.
Es hora de que se le quite al
pueblo la venda roja que está tapándole los ojos, que no les está
dejando ver hacia donde nos está llevando realmente este gobierno cuasi-comunista.
El presidente Correa se hace llamar estadista y economista, pues hasta
ahora ha presentado con números e indicadores cómo supuestamente han
mejorado los países que aplican las políticas económicas que tanto
piensa replicar en nuestro país; y la respuesta es que NO HAY SUSTENTOS
NUMÉRICOS QUE APOYEN SU IDEOLOGÍA. Verdaderos economistas como Guillermo
Arosemena han presentando en reiteradas ocasiones con números y
tendencias como los países que son más libres han ido desarrollando de
manera sostenida su economía; es más, países “comunistas” como China han
comenzado a crecer a un ritmo acelerado del 10-12% anual gracias a la
adopción de políticas económicas aperturistas y liberales, países como
los tigres asiático s que solían ser más pobres que Ecuador
comenzaron a salir adelante gracias a una profunda convicción de que el
imperio de la ley y la economía de mercado son factores decisivos para
sacar adelante a un país.
El Ecuador NUNCA HA VIVIDO UN NEOLIBERALISMO, siempre hemos estado
profundamente controlados por el Estado. Estamos repletos de una
burocracia sin nombre y un sin número de empresas públicas ineficientes,
justamente porque la estructura organizacional y de rendimiento de
cuentas en este tipo de empresas da como resultado la más alta
corrupción posible, ya que no tienen que responder con resultados ante
ningún accionista como es en el caso de las empresas privadas, y donde
el cuidar el dinero propio hace que este tipo de empresas realmente
funcionen.
El pueblo actualmente se encuentra hipnotizado por falsas promesas. La Asamblea Constituyente
jamás mejorará la situación económica del país. La gente está engañada
pensando que la reforma les va a aumentar el sueldo, les va a conseguir
trabajo, les va a dar una casa. Cualquier persona con un poquito de
preparación (no se necesita tener maestrías de Economía en Bélgica) sabe
que esto es una farsa. Traten de explicar cómo por decreto presidencial
se va a decir “Háganse los puestos de trabajo” como si por obra divina
(“Hágase la luz”) van a aparecer de la nada plazas de trabajo para la
gente más necesitada de nuestro país. Los empresarios son la verdadera
fuente generadora de empleo, lo demás son cuentos, y son justamente
éstos los que se ven ahuyentados ante este tipo de gobiernos
socialistas….
Entonces la p regunta es: ¿QUIÉN LES VA A DAR TRABAJO? ¿El gobierno?
¿Cuántos puestos de trabajo creen que el gobierno puede crear? ¿Cuántas
empresas creen que el gobierno puede manejar eficientemente? ¿Cómo lo va
a hacer si cada vez el mundo va a depender menos del petróleo? Es hora
de destapar estas mentiras, de abrirle los ojos a la gente, ya que se
está haciendo uso de la ignorancia del pueblo para ganar poder. Los
puestos de trabajo se crean poniendo las reglas del juego claras, dando
incentivos a la producción, dando beneficios fiscales, fomentando la
inversión extranjera, reduciendo los impuestos, fortaleciendo el imperio
de la ley (Igualdad ante la ley), dando seguridad jurídica para que se
respeten los contratos libremente pactados entre las personas y las
empresas. Sólo de esa manera se puede posteriormente crear más trabajo,
aumentar los sueldos, mejorar el nivel de vida de las personas, fomentar
el ahorro, etc.
Una de las principales razones por las que el liberalismo no es popular
en nuestros pueblos es porque no es una ideología cómoda, porque
representa esfuerzo y sacrificio. En el corto plazo deben quebrar
industrias ineficientes, se deben reasignar los recursos hacia aquellas
actividades en las cuales realmente tenemos una ventaja competitiva, ya
sea en costo o en diferenciación. Muchas personas deben perder sus
empleos en el corto plazo, muchas empresas tendrán que quebrar, pero la
tendencia en el mediano y largo plazo es un país con una economía
sólida, fuerte y de crecimiento constante. Es muy cómodo e irresponsable
contentar a las masas aumentando el gasto corriente del gobierno en
lugar de fomentar la producción, pero lo que en verdad hacen este tipo
de medidas es mantener al pueblo ignorante, cómodo y pobre para seguirlo
reinando por décadas.
Los gobiernos socialistas que tanto crit ican a la “oligarquía” son en
el fondo peores que el supuesto enemigo que tanto reprochan, ya que
mientras el pueblo se muere de hambre, ellos están muy cómodos en sus
puestos de mando mientras el pueblo sigue en la miseria. Aquí lo que se
necesita son líderes como Winston Churchill que dicen la verdad de
frente y que en palabras muy célebres dijo “Yo solo les prometo tres
cosas: sangre, sudor y lágrimas”; ¿Ustedes creen que un postulante a la
presidencia ganaría las elecciones si dijera esta frase en plena campaña
presidencial aquí en Ecuador?... Obviamente, la respuesta es muy
desalentadora; por otro lado, es muy fácil llegar a la presidencia
prometiendo subir el “bono de la solidaridad”, aumentándole el sueldo a
los militares, disminuyéndose el sueldo a la mitad como gran acto
heroico y que en verdad no beneficiará en nada a la economía sino que
servirá como fomento para se metan más plata por la izquierda.
Yo sueño con un Ecuador libre en el cual todos los ecuatorianos puedan
vivir prósperos con el sudor de su trabajo honrado, y que los frutos del
mismo sean respetados por un gobierno con poderes limitados. Sueño con
un país en el cual los ciudadanos puedan elegir destinar parte de
sus ingresos, ya sea al ahorro o a algún organismo privado para tener
posteriormente un retiro digno, y no que se les meta las manos al
bolsillo a la fuerza para destinar parte de su sueldo a un ente público
ineficiente y corrupto (IESS). Yo sueño con un país en el cual se
fomente la producción y la competencia para bien de todos, ya que eso
traerá productos de mayor calidad y más baratos a todos los ciudadanos.
Sueño con un país en el cual se respete a capa y espada la propiedad
privada y los contratos libremente pactados entre los hombres. Sueño con
un país en el que no exista el mercantilismo que tant o daño le ha
causado a la imagen de la derecha, y que se lo ha asociado
ignorantemente con el capitalismo. Sueño con un país en que reine el
imperio de la ley y no el imperio del terror y la ignorancia.
Desafortunadamente en países como el nuestro han hecho falta dictaduras
de derecha para hacer una transición hacia este sueño que creo todos
compartimos en el fondo, sean cuales fueren nuestras ideologías; pero si
me preguntan: ¿Prefieres seguir en un país Socia-Mercantili-Comunistoide,
o prefieres pasar por un Pinochet para llegar a ser como Hong Kong?...
mi respuesta es ¡ARRIBA PINOCHET!
Por un Ecuador verdaderamente libre y prospero, y como dijo nuestro
alcalde Nebot: “En Guayas jamás se escuchará gritar socialismo, sino que
se escuchará lo que en verdad dijo Bolívar, “¡LIBRES O MUERTOS”
CARAJO!”.