En defensa del neoliberalismo

La invasión rusa a Ucrania

"Yo sé de un pesar profundo, entre las penas sin nombres: ¡la esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo!" José Martí

Si se pudiera interpretar a José Martí, hoy se pudieran clasificar muchas penas sin nombres. Unas más prolongadas, como es el caso de Corea del Norte y otras más recientes, como lo que sucede actualmente en Ucrania. Sin dejar de reconocer otras penas como las diferentes dictaduras que existen en diferentes países, que también son una forma de esclavitud. Al menos, la de Cuba es una de las más llamativas en este último grupo por su longevidad y su influencia en América latina.

Sin embargo, el caso de Ucrania ha puesto en evidencia la impunidad con la que todavía ciertos individuos pueden actuar en estos tiempos, cuando muchos decían que eso era cosa del pasado y justificaban la no intervención de los Estados Unidos en  países como Cuba y Venezuela por no corresponderse a los nuevos tiempos que vivimos.

Hoy Vladimir Putín ha superado todo ese mito y ha revitalizado las actitudes de Adolfo Hitler y el mundo ha contemplado con toda impunidad las masacres en Ucrania y se ha sometido al chantaje de la intimidación por el propio Putín. Vamos a ver como termina el mundo real en que vivimos, no el que no suponíamos vivir.
Ahora bien, algunos analistas y académicos como Cesar Vidal y otros justifican la actuación de Putin, como una medida preventiva y de disuasión ante la expansión de la OTAN.

Un análisis bien profundo de Cesar Vidal pone en contexto muchos antecedentes del conflicto - incluso- los intereses ocultos de los  globalistas y sus diferendos con Putín. Pero aunque Putin tenga algunos puntos de vista positivos en algunas circunstancias coyunturales no se justifica su invasión y destrucción de Ucrania.

Entre los puntos que se relacionan para justificar la invasión de Ucrania se señalan el derecho de Rusia de proteger su seguridad nacional, alegando que Ucrania formaría parte de la OTAN y a la vez se instalaría armamento nuclear en su territorio. Este argumento suena un poco especulativo. De igual forma se pudiera y con más razón considerar que la ocupación de Ucrania sería un primer paso para la expansión de Rusia hacia Europa y ocupar el resto de países de la otrora Unión Soviética.

Todos los argumentos que se exponen de cómo se hubiera evitado la intervención rusa en Ucrania no tienen fundamento alguno. Uno es  que Ucrania renunciara a su incorporación a la OTAN. Algo totalmente ilógico, porque la OTAN no tenía la más mínima posibilidad de incorporar a Ucrania, que carece de los requisitos necesarios para ser aceptada en la OTAN, por su conflicto étnico.

El argumento sobre el conflicto en las regiones separatistas es un problema interno y no es justificación para la intervención extranjera. Tampoco lo son los problemas políticos internos o la presencia de grupos neonazis en territorio ucraniano.

La incorporación de varios países o su intención de pertenecer a la OTAN no es por el propósito de la OTAN expandirse hacia Rusia, sino que esas ex repúblicas soviéticas están buscando su protección para no ser sometidas por Rusia y llevadas a un sistema igual o parecido al que ya sufrieron en la antigua Unión Soviética.  

Otra consideración es un supuesto pasado un poco turbio del presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky, algo que no supera en nada el pasado y presente de Vladimir Putín. Sin embargo, para todo el mundo y fundamentalmente para los ucranianianos   Volodymyr Zelensky ha demostrado ser todo un héroe, indiscutiblemente.

Ahora, puesta en perspectiva todos estos acontecimientos, la verdadera causa que ha permitido la invasión de Ucrania es la falta de liderazgo de Estados Unidos y de una posición de fuerza y contención de la OTAN.
En el caso de Estados Unidos, la falta de personalidad de Jhon Biden, el fraude electoral por el que asumió la presidencia y la confabulación con las instituciones norteamericanas ha dejado a los Estados Unidos sin fuerza moral ante el mundo de hoy. Algo que Vladimir Putin y otros de igual calaña en el mundo han sabido aprovechar.

Con respecto a la OTAN, no supo poner un paro a las pretensiones de Putín de invadir a Ucrania, que debió frenar sus amenazas y ponerlo en igual disyuntiva, ante su amenaza de usar armas nucleares.
También Estados Unidos debió condicionar la intervención a Ucrania con igual acción en Cuba y Venezuela. Una maniobra al respecto hubiera persuadido al mundo y a Putín de un gran conflicto mundial, al que no se hubieran arriesgado.  

El conflicto de Ucrania pudiera tener un final positivo en la geopolítica mundial, si se produce un descalabro político y militar en Rusia y Vladir Putin pierde el poder y una nueva fuerza política ocupa el liderazgo de esta importante nación.

No obstante hay que seguir de cerca la posible formación de nuevos bloques económicos y políticos que involucren a Rusia, China y la India , entre otros. Todo esto sumado a las contradicciones y malas estrategias económicas de los Estados Unidos, que conspiran contra su condición de supremacía como potencia mundial y potenciado por el interés de los globalistas de cambiar el actual orden mundial, a quiénes muchos atribuyen un supuesto golpe de estado a Víktor Yanukóvich, el ex presidente de Ucrania, hombre de Putín y contrario a los intereses globalistas. Esta es también una hipótesis de la invasión a Ucrania.