En defensa del neoliberalismo

Estrategia para la protesta pública.

El Arte de la Guerra escrito por el General y gran estratega militar Sun Tzu en la antigua China es uno de los libros más leídos de toda la historia, y aunque hayan pasado unos 2500 años desde su escritura, sus principios y consejos pueden ser aplicados al ámbito militar y político de la actualidad.


Sun Tzu estable que al adversario hay que atacarlo por el lugar donde menos lo espera. En la situación cubana actual la principal motivación para la rebeldía popular es el estado de hambruna que vive el país. Teniendo en cuenta que el Estado, que a la vez es el total responsable de la situación actual, justifica la ocupación de toda la propiedad estatal.


Por tanto, debe empezar por invadir todas las granjas estatales, ocupar y empezar a distribuir los alimentos. Ocupar todas las tiendas y los almacenes. Las protestas urbanas pueden perder la motivación y el poder de convocatoria, pero esto no. Se hace imposible a las fuerzas represoras controlar el territorio rural y suburbano, donde están las principales granjas ganaderas, porcinas y avícolas. También las tiendas y almacenes que están en zonas urbanas son blancos perfectos para la motivación insurreccional.


Hay que prolongar la capacidad de la lucha, para obligar al régimen a agotar sus recursos para la represión. Esta divulgación es necesaria y se puede hacer. Si no hay Internet y el régimen ha sido capaz de difundir una campaña desmovilizadora a nivel nacional e internacional haciendo creer que ya las tropas norteamericanas están listas para actuar, algo que surte un efecto demoledor, porque ya nadie va querer arriesgarse cuando la solución viene en camino. Entonces nosotros podemos hacer llegar este mensaje de una nueva estrategia de lucha, haciéndole llegar la idea a nuestra gente en Cuba.


Y siempre recuerden, que el fuego es el mejor aliado político del hombre. La izquierda se lo toma muy en serio y lo pone en práctica.

Aunque desde el punto de vista estratégico y de lo políticamente correcto es positivo llamar “protestas pacíficas”. Sin embargo, la respuesta de los regímenes de izquierda principalmente es sumamente violenta, que puede llevar hasta el asesinato de los manifestantes. Entonces no se puede jugar el papel de víctima y de perdedor precalificado.  

Lo primero que debe tenerse en cuenta es que la protesta debe ser por concentración, en diferentes puntos cercanos de un centro, que debe ser el comienzo de la concentración. Los puntos estratégicos de  concentración tienen como objetivo encerrar en un cerco a los represores.

Por tanto, nunca los manifestantes deben enfrentarse a las fuerzas represivas desde un solo punto, por eso no se deben realizar marchas. Si mediante la marcha para el punto de concentración se produce una obstrucción represora, no se debe enfrentar, debe coordinarse el despliegue para seguir avanzando o dividirse las fuerzas para meter en un cerco a los represores.

Una cosa a tenerse en cuenta es el escenario. Desde que se escribió el libro, El Arte de la Guerra se determinó que no se podían librar batallas en campo descubierto. El Arte de la Guerra escrito por el General y gran estratega militar Sun Tzu en la antigua China es uno de los libros más leídos de toda la historia, y aunque hayan pasado unos 2500 años desde su escritura, sus principios y consejos pueden ser aplicados al ámbito militar y político de la actualidad.

Dos ejemplos recientes demuestran la validez de esa observancia en cuanto a las manifestaciones. En Ucrania tuvieron éxito porque tomaron una plaza con todos los edificios gubernamentales y bloquearon todos los accesos a la capital Kiev.

La nueva ola de violencia llegó al tiempo que los cancilleres de Francia, Alemania y Polonia estaban reunidos con el presidente Yanukóvich el jueves. Los funcionarios y el mandatario debieron cambiar el lugar de reunión por cuestiones de seguridad.

Las protestas comenzaron en noviembre, cuando el presidente Yanukóvich rechazó un acuerdo de asociación y comercio con la UE, al tiempo que buscó estrechar los lazos con Rusia. Desde entonces las protestas, cuya demanda central era un llamado a elecciones, se propagaron por Ucrania. Este viernes el presidente anunció un llamado a elecciones anticipadas, para antes de diciembre próximo.

El otro ejemplo fue cuando miles de manifestantes, en su mayoría indígenas, ocuparon la sede de la Asamblea Nacional de Ecuador en Quito y exigieron la salida del poder del presidente Lenin Moreno, en el marco de una escalada de protestas contra unos ajustes económicos del Gobierno y el acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional. Esto obligó a la derogación de un decreto ejecutivo emitido por el presidente Moreno con el que eliminó los subsidios (ayudas estatales) que abarataban el coste de los combustibles.

Como se puede ver los dos ejemplos anteriores triunfaron. Y el denominador común fue la ocupación del espacio gubernamental. Las manifestaciones tienen que apoderarse de todo lo que pertenezca al estado-gobierno. La crisis alimentaria justifica la invasión de todas las tiendas y almacenes estatales. Así como el sacrificio y distribución de todos los animales bajo la administración estatal. Con estos hechos se puede saturar la represión, no se tiene la capacidad de procesar y encarcelar a tantos miles de personas.   

Sin embargo, donde no se tuvo en cuenta cómo manejar el teatro de operaciones como en Venezuela, Nicaragua y Bolivia, las protestas fracasaron.

La estrategia debe ser ganar y ganar, de lo contrario el poder de convocatoria se pierde y la capacidad movilizativa se pierde. Al punto que llega el momen5o que las protestas desaparecen, y ya pueden ser bien controladas por esos regímenes.

No se puede llegar a ser las únicas víctimas. Las victimas siempre inspiran lástima, pero nunca respeto. Hay que convertir a los represores del régimen, en cualquiera de sus modalidades, en víctimas también. Los edificios, viviendas altas y toda elevación es propicia para contraatacar a los represores. Se puede utilizar cualquier cosa que se tenga a mano, desde botellas con agua hasta cartuchos con cualquier sustancia en descomposición o fluidos humanos o de animales, todos son muy efectivos.

Hay algo que en el caso cubano debe tenerse bien presente, las protestas son un mecanismo de presión al régimen, para obligarlo a hacer ciertas reformas, incluso políticas, no para deponerlo. Ese es un proceso que esa apertura puede ayudar a consolidar a largo plazo. En eso se encuentran trabajando los Municipios de Oposición.

Un último detalle muy importante, cómo establecer la auto convocatoria. Todo indica que debe hacerse una campaña mediática señalando cada fecha. La población siempre actuará de forma espontánea. Sin embargo cada organización opositora puede establecer sus propias estrategias ya más estructuradas.  
 

Miami, 12 de julio 2021