En defensa del neoliberalismo

La caída de un Imperio
Por: Mayda Saborit 
15 de noviembre 2018 

 

Dice la filosofía marxista, en el punto que habla de la dialéctica materialista, que toda sociedad lleva en si el germen de su destrucción. Los EE. UU. son una superpotencia a nivel mundial, una nación como la tierra prometida de Israel, de la cual fluye leche y miel, cuyo bienestar económico es prueba fehaciente del nivel de vida de sus ciudadanos y también las innumerables donaciones y contribuciones con las que se empapan, no solo las naciones tercermundista, sino hasta el mundo desarrollado de Europa, de ahí que USA cuente con tantos admiradores, pero sobre todo con muchos detractores o envidiosos a nivel de naciones enteras y que anhelan el poder económico y militar de EE. UU.

 

Mientras tanto esperan agazapados la debilidad de esta nación para un día tomar su lugar, pero el peligro no acecha en el exterior. EE.UU. posee una fuerza militar que no es igualada ni por los 10 ejércitos más fuertes del mundo aunados en una coalición. El peligro no viene siquiera de ese flagelo internacional en que se ha convertido el terrorismo islámico. Ya que las fuerzas de inteligencia y de operaciones especiales de EE UU cuentan con la capacidad no solo de asestar un golpe certero de cualquier lugar, sino hasta de prevenir que otro 11 de septiembre vuelva a ocurrir en territorio norteamericano. El peligro de esta gran nación está adentro… Los enemigos más peligrosos que la Constitución debe temer son domésticos.

 

Hace poco leía que la Ex -Primera Dama -Michelle Obama-, en sus memorias exponía oronda: que en su juventud había fumado marihuana. Ya Barack Obama había asegurado en su biografía desde el 2012 que había fumado “maría” Entonces, qué repercusión puede tener en las juventudes de una nación que un ex mandatario hable desenfadadamente sobre que en su juventud consumió un alucinógeno alto-adictivo como la marihuana, como si las drogas no tuvieran una connotación extremadamente negativa. Esto no es una ingenua “sinceridad” de quien escribe unas memorias, como tampoco es casualidad que las fuerzas liberales, que la izquierda de este país resumida toda en el Partido Demócrata estén abogando por la legalización de la marihuana, ni que se esté edulcorando y suavizando las medidas judiciales contra los que son hallados en posesión de droga para el consumo.

 

La historia es como una fábula y su moraleja, y las tácticas de antaño que destruyeron imperios aparentemente invencibles, regresan como boomerang. Recuerden que los ingleses pasaron siglos gobernando en la India, siempre con un ojo puesto en China hasta que un día comenzaron a importar Opio en China traído desde la India. El opio se volvió popular entre los chinos, incluso el emperador lo tomaba. La moral y la disciplina se relajaron en el ejército, la producción se hizo nula entre los campesinos. El Imperio Chino se empezó a desmoronar después de 2000 años, y los ingleses se adueñaron de la isla de Formosa, lo que es hoy Taiwán. 

 

Hay ideas que parecen inocuas, pero que pueden destruir a una nación, socavando sus bases lentamente. Los demócratas, que dicen llamarse progresistas, lo cual es nuevo por que hasta hace 100 años eran el Partido del racismo, el KKK. El Partido que abogó durante el siglo XIX porque la esclavitud no fuese abolida. Sin embargo hoy, hipócritamente, el Partido Demócrata dice estar al lado de la minoría afroamericana.

 

El mismo Partido que abogó porque les fuera devuelto el derecho al voto a más de millón y medio de ex convictos por felonías en el Estado de la Florida, y este mismo Partido Político, que fue el primero en construir un muro en la frontera con México allá por los 90 es el que ahora aboga por que las madres ilegales que vienen aquí a parir para que sus hijos sean ciudadanos americanos y de esta forma asegurar su estancia en el país; y dicen que estos niños tienen el derecho a ser ciudadanos americanos, cosa que ninguna nación del mundo otorga cuando los padres son ilegales, en cambio este mismo Partido que defiende el derecho de los niños de padres indocumentados, paradójicamente, defienden a capa y espada la posición de que las mujeres americanas vayan y aborten lo cual es una dicotomía, como se puede estar a favor del derecho de nacer de niños de padres ilegales, pero en contra del derecho a la vida de los niños americanos.

 

En todo esto, aparentemente noble, no hay sino un plan taimado de cambiar la composición étnica de USA, de identificarse con sector ilegal que de tener acceso al voto el día de mañana, cambie el balance político en la nación. Y quien sabe si en un futuro cercano con un pueblo americano desarmado si llegase a triunfar alguna ley anti- armas, llegase al poder un Bernie Sander que no es sino un comunista sedicioso, que sin nada que se le oponga no solo arremeta contra el derecho sagrado del americano a la Propiedad Privada y dilapide los ingentes bienes de la nación americana, y hasta se perpetúe en el poder, como suelen hacer estos populistas megalómanos de la izquierda. 

 

La historia se repite, con diferencias de época, civilizaciones y costumbres, por supuesto. Aquí les dejo esta última moraleja. Corría el año 450 de Nuestra Era, cuando en el Imperio Romano de occidente se había extendido la feminización dentro de ejército, se había contratado legiones extranjeras que sustituían en el servicio de las fronteras a las legiones romanas, se había extendido el derecho de ciudadanía romana, incluso a aquellas regiones que no formaban parte del imperio. Lo cual cambió la composición étnica y el balance político en Roma y se abrieron las fronteras. Cuando las últimas de las invasiones vándalas terminó por desarmar la estructura de un imperio que duró por casi mil años y que quedó dividido entre las diferentes regiones que antes lo conformaron. 

 

Como en la antigua Roma, el Partido Demócrata aquí en los USA está minando las bases de esta sociedad, está atentando contra la seguridad nacional de los EE. UU.