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Naciones Unidas reformada.
El Embajador Bolton debe dar un informe exacto al Senado
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Anne Bayefsky
El Embajador John Bolton aparecerá ante el Comité Senatorial de
Relaciones Exteriores para ser interrogado con la pregunta de los 64,000
dólares: Después de años de escándalos, "¿se ha reformado Naciones
Unidas?" La respuesta dejará al Congreso con la necesidad de un
seguimiento: De no ser así, ¿cuáles deben ser las consecuencias para la
contribución financiera estadounidense a esa organización tan poco
confiable?
El Secretario General Kofi Annan ha presidido
Naciones Unidas a través de años de controversia que han llegado a la
conciencia del contribuyente norteamericano quien está, después de todo,
pagando el 22 por ciento del embrollo. La mediocridad de las reuniones
habituales de Naciones Unidas ha sido finalmente superada por la
enormidad de las transgresiones: miles de millones de dólares robados
por Saddam Hussein a través de una trama monitoreada por Naciones
Unidas; guardianes de paz de la organización internacional que violan a
personas bajo su tutela; genocidio que no fue detenido o ni siquiera
mencionado por una organización sustentada en la premisa "nunca más";
proliferación impune de armas nucleares; delincuentes contra los
derechos humanos al frente del organismo que debe protegerlos;
administración y supervisión financieras groseramente inadecuadas; y un
secretariado hipertrofiado cundido de mandatos y responsabilidades
duplicadas.
A este pantano arriba el Embajador Bolton, un experto sin medias tintas
y de hablar directo, inalterablemente dedicado a servir los intereses
norteamericanos, es decir, asegurar que el dinero de los contribuyentes
se invierta sensatamente y que las causas de la democracia, la justicia
y la paz estén bien servidas. Era en agosto de 2005 y Naciones Unidas
estaba en medio de la "reforma" mientras Annan trataba desesperadamente
de salvarse del juicio de la historia, si no del Congreso. El
nombramiento de Bolton llegó demasiado tarde para hacer mucho en cuanto
al resultado de la cumbre sobre reforma que sostuvieron líderes
mundiales en septiembre de 2005. El documento de la Cumbre fue tan vago,
ambiguo y contradictorio como pudieron lograr los diplomáticos mientras
se simulaba que era un mapa serio para una revisión real. Es elocuente
el hecho de que fue aclamado igualmente por dictadores, déspotas y
dirigentes de Partido Demócrata..
De todas formas, los siguientes nueve meses en verdad engendraron un
número de negociaciones sobre reformas cubriendo una amplia gama de
temas. En medio del proceso llegó el asunto espinoso de la aprobación
del presupuesto de Naciones Unidas para 2006-2007. El Embajador Bolton,
con líderes congresionales mirando por encima de sus hombros, puso su
dedo en el dique. En diciembre de 2005, la Asamblea General tomó una
decisión única: no poner el cuño a un presupuesto de dos años, por
ausencia de un progreso tangible en las reformas. Se aprobó una
asignación de $950 millones, equivalente aproximado a un cuarto del
presupuesto - es decir, hasta finales de junio de 2006. El resto del
dinero estaría sujeto a un proceso de aprobación posterior, aunque las
condiciones precisas se obviaron deliberadamente,
Así que aquí estamos, a sólo unas semanas de que Naciones Unidas se
quede sin dinero, y el Congreso decidido a contestar la pregunta de si
las reformas hechas hasta ahora justifican los tres cuartos restantes de
un presupuesto de tres mil ochocientos millones. La salida más fácil es
la más familiar. La acostumbrada respuesta del Departamento de Estado
frente a una creciente crisis de confianza en esta organización es decir
que el vaso está medio lleno. Las líneas son familiares - Necesitamos
Naciones Unidas. Es el único cuerpo multilateral global. Es mejor seguir
hablando.
Nosotros tampoco somos perfectos. La hegemonía de Estados Unidos
necesita rectificación.
Pero si alguna vez hubo un momento de resistir la tentación de
ofuscación y timidez, es ahora. Sin duda, todos conocemos nuestra
interdependencia global, que debe ser acompañada por preocupación y
responsabilidad mutuas. Ese mismo deber, sin embargo, trae consigo la
necesidad de dar una respuesta honesta a la pregunta de los 64,000
dólares que el Senado está cercano a plantear. Si la Secretaria Rice
resiste la tentación de manufacturar el giro entusiasta artificial, los
hechos hablarán por sí mismos.
El nuevo Consejo de Derechos Humanos, que reemplaza a la desacreditada
Comisión de Derechos Humanos como el organismo dirigente de derechos
humanos., ahora alberga en su interior, firmes en sus curules, a los
peores infractores de derechos humanos en el mundo.
China, Cuba, Rusia y Saudi Arabia están entre sus miembros. El 55 por
ciento que controla los votos del Consejo está en manos de grupos
regionales asiáticos y africanos, y la elección entregó un 62 por ciento
de interés en esos grupos a los miembros de la Organización de la
Conferencia Islámica. Expedir a los infractores de derechos humanos una
nueva licencia para juzgar el abuso de derechos humanos no es una
reforma exitosa.
En cuanto a la reforma en la administración, la situación se ha
descarrilado completamente.
Annan puso en la mesa un paquete mínimo de reformas para tratar de
arrancar algún control a la mayoría de la Asamblea General, que paga una
pequeña fracción de los costos de Naciones Unidas. En respuesta, por
primera vez en 19 años, esa misma mayoría forzó un voto en el comité de
presupuestos de Naciones Unidas y echó a un lado el esfuerzo de reforma.
Los 50 países que votan en la minoría pagan el 87 por ciento de las
cuotas de Naciones Unidas.
Sobre la prevención del genocidio, el Alto Comisionado de Derechos
Humanos designó a un palestino como director ejecutivo de una Comisión
de Investigación en Dafur. No fue sorpresivo que el reporte de la
Comisión para 2005 rehusara identificar a los millones de muertos y
desplazados como caso de genocidio. A la Comisión le repugnaba nombrar
Dafur como víctima de conflicto étnico o racial entre milicias árabes y
no árabes. Este fracaso precumbre , junto a la intransigencia sudanesa y
las reservas de la Unión Africana, contribuyeron al espectáculo
continuado de tropas de Naciones Unidas permaneciendo a un lado, a pesar
de la carnicería.
En cuanto a detener la proliferación nuclear, la Agencia Internacional
de Energía Atómica decidió hace tres años que Irán había violado el
Tratado de No Proliferación Nuclear y sus obligaciones legales
asociadas. Aun así, el Consejo de Seguridad está todavía por adoptar una
sola resolución en que la acción iraní se considere una amenaza para la
paz y seguridad mundiales, y menos aun que adopte sanciones serias antes
de que sea demasiado tarde. Situado todo ese tiempo al lado de iraníes,
chinos y rusos ha estado Mohamed ElBaradei, cabeza del perro guardián
nuclear de Naciones Unidas, y el mismo Annan, que juntos han tratado
repetidamente de sabotear la firmeza del Consejo de Seguridad. Mientras
tanto, Irán fué elegido vicepresidente de la Comisión de Desarme de
Naciones Unidas.
En la llamada Revisión de Mandato, Annan descargó una lista de miles de
mandatos de entidades de Naciones Unidas sobre el regazo de miembros de
Naciones Unidas, sin recomendaciones en cuanto a simplificación y
eliminación. Aparentemente se imaginó que no había razón para someterse
a crítica por señalar las anomalidades obvias, como la de que hay una
División de Naciones Unidas dentro del Secretariado para los Palestinos
y otra para todos de la región de Asia y el Pacífico; hay dos agencias
de refugiados, una para palestinos y otra para todos los demás; hay dos
sitios en la WEB para derechos humanos y base de datos de las Naciones
Unidas, uno para palestinos y otro para todos los demás; hay dos partes
en el Departamento de Información Pública, una dedicada a los palestinos
y otra para todos los otros asuntos. Los miembros de Naciones Unidas
apenas han empezado a tratar los detalles de la lista de Annan.
Sobre el terrorismo, Naciones Unidas no está más próxima a una
definición. El abismo es tan grande en la cuestión de qué mujeres y
niños son objetivos legítimos, que los estados occidentales ahora están
coincidiendo en que la cuestión debe dejarse a un lado en nombre del
"progreso" en otros frentes, tales como dar consejo técnico a naciones
desafortunadas en desarrollo, Mientras tanto, los redactores del
borrador de un acuerdo completo contra el terrorismo no se ponen de
acuerdo sobre la fecha de su próxima reunión. Y el nuevo informe de
Annan sobre contraterrorismo está en medio de una guerra verbal en
"consultas informales" sobre las causas básicas del terrorismo, o los
males subyacentes que impulsa a infortunados a hacerse estallar junto a
tantos norteamericanos, ingleses, iraquíes o israelitas como les sea
posible.
Aparte del pasatiempo sobre reforma, están las realidades diarias de la
vida estadounidense en Naciones Unidas, observadas por EYEontheUN.org.,
<http://www.eyeontheun.org/> de todos los votos emitidos en la Asamblea
General de Otoño de 2005, Estados Unidos estuvo en minoría el 77 por
ciento del tiempo. Aun más, habiendo revisado cada documento, informe, y
resolución crítica de la trayectoria de estados específicos,
EYEontheUN.org encontró que el país objeto de más condenas fue Israel,
mientras que Estados Unidos fue el noveno, lo mismo que Afghanistán (ver
aquí el gráfico <http://www.eyeontheun.org/browse-un.asp?
Los países sujetos a menos condenas de Naciones Unidas que Estados
Unidos, por abuso de derechos humanos, incluían a China (11), Irán (17),
y Cuba (25) Entre las gotas de agua que quedan en el fondo del vaso (y
en peligro de evaporación) están las siguientes: se ha creado una
comisión para establecer la paz, a fin de ayudar en situaciones
posteriores a los conflictos, y su comité organizativo fue finalmente
escogido en Mayo 16. Se ha establecido una nueva Oficina de Ética,
acompañada de reglas explicando la conducta ética del Secretariado de
Naciones Unidas.
Las reglas incluyen reducir la cantidad máxima para regalos no
declarados a 1,300 empleados, de $10,000 a $250. Desde entonces, el
Secretario-General aceptó un premio no declarado de $500,000 de Dubai,
país miembro de Naciones Unidas. Este incidente dió lugar a serias
cuestiones sobre conflicto de intereses, entre ellas el hecho de que un
juez del panel que otrogó el premio fue subsecuentemente nombrado para
presidir el Programa Ambiental de Naciones Unidas (vea un artículo de
NRO aquí http://article.nationalreview.com/? <http://www.eyeontheun.org/browse-un.asp?
Se ha establecido un Fondo para la Democracia de Naciones Unidas,
propuesto inicialmente por el Presidente Bush en 2004. Pero poco más de
una docena de países han dado o prometido contribuciones, con un total
de menos de $50 millones, de los cuales cerca de la mitad viene
exclusivamente de Estados Unidos.
El Congreso y la Administración están por tanto afrontando el
seguimiento de la cuestión: las consecuencias financieras del fracaso de
la reforma de Naciones Unidas. Puede ser, sin embargo, que una
Administración, desesperada por lograr la aprobación de alguna
estrategia sobre Irán en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
retire el dedo del Embajador Bolton del dique.
Esto sería un serio error. La historia del fracaso de la reforma de
Naciones Unidas no es una de mala suerte o mal momento, que pueden
mejorar más adelante. Naciones Unidas es un cuerpo de 191 estados, menos
de la mitad de los cuales son completamente libres, según Freedom House.
Está esencialmente controlado por el grupo G-77 de 132 miembros,
naciones en desarrollo que creen que el desarrollo es más importante que
la democracia. El mayor mayor dentro de los G-77 es un grupo compuesto
de 56 estados islámicos. Los Estados Unidos y sus aliados democráticos
son simplemente sobrepasados. En el Consejo de Seguridad, donde Estados
Unidos tiene poder de veto, el papel norteamericano es casi siempre
defensivo. En los tiempos modernos, los esfuerzos por condenar y
sancionar los estados que presentan el mayor peligro para la paz y
seguridad, han sido mayormente frustrados.
Los resultados evidentes en cuanto a la "reforma" de Naciones Unidas
serían un primer paso importante en redirigir la política exterior de
Estados Unidos, lejos del juego de la reforma de Naciones Unidas, hacia
el diseño de una institución multilateral efectiva que responda a las
necesidades de la democracia en el siglo XXI.
Anna Bayefsky es asociada del Hudson Institute..
Tomado de National Review
Traducido por el Dr. Emilio Adolfo Rivero.
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